El sueño de Silvina Luna
Dan ganas de llorar, realmente. Ver a Silvina Luna joven, luminosa, sonriente, vivaz, llena de ilusiones, sueños y esperanzas hacer el casting para entrar a Gran Hermano conmueve y sensibiliza hasta lo más profundo en esta hora donde lo que se sufre es su muerte.
La cuenta de twitter Real Time Rating reflotó aquella filmación y llenó las redes sociales de lágrimas, emoción y afecto. La rosarina era una anónima cuando fue en busca de su gran objetivo. Apenas tenía 21 años y se mandó de pies a cabeza, como encaraba todo lo que le gustaba o deseaba, una vez que se enteró que Telefe pondría al aire la segunda versión del realitie que había revolucionado la televisión argentina.
Era, para ella, la gran oportunidad de hacerse conocida y de poder asentarse en la gran ciudad -hacía poco que había llegado desde Rosario, donde nació- en un momento en el que la economía y la inflación volaban por los aires: cualquier parecido con la actualidad no es pura coincidencia.
El casting que marcó su vida
En aquel 2001 complicado y doloroso parecido a este 2023 salvaje y trepidante, Luna se presentó ante el canal de las pelotas y filmó su video. “Hola, Soy Silvina Luna. Tengo 21 años, nací y me crié en Rosario hasta los 17 años, que me vine a Buenos Aires. Acá trabajo en un reastaurante, de recepcionista, y también trabajo con una agencia de publicidad haciendo algunas fotos, comerciales. Eso me encanta” contaba ella en ese momento.
También se puede ver al padre, Sergio, fallecido años más tarde, describirla con un sentido “es increíble ver la cantidad de amigos que tiene. Todos hablan bien de ella. No es muy demostrativa, pero tiene un corazón grandísimo”. Después se la observa junto a un grupo de amigas delante de una pintada muy significativa para ella: la pared tiene dibujada el escudo de Rosario Central, club del que era hincha acérrima. Sí, Silvina era “Canalla”.
Roxana, la madre y a quien ella vio en sus últimos días con vida, aconsejaba a La Chivi a ser “auténtica, sincera, si tiene que decir algo que lo diga, y si tiene que callar algo que lo calle”. “por ahí me puede llegar a jugar en contra que soy demasiado frontal, que cuando me molesta algo lo digo porque si no lo digo me siento mal y se me nota. Me enamoré una sola vez y me encantaría volver a enamorarme. Siempre es como que estoy escapando de las cosas. Y es como que quiero empezar y progresar en algo. O empezar algo y terminarlo”.
El inicio de una nueva etapa
Ese GH lo empezó y lo terminó: salió subcampeona detrás de Roberto Parra. Y dio comienzo a otro ciclo que no se terminará jamás: se ganó el corazón de los argentinos, que ni ahora ni nunca lo van soltar.