El emotivo reencuentro de Gabriela Arias Uriburu con el hombre que la separó de sus hijos
La imagen parece un milagro, pero es producto de una lucha de años y un fuerte trabajo interno que Gabriela Arias Uriburu logró materializar con el correr del tiempo. Todo esto le permitió compartir la navidad en familia y también junto a Imad Shaban, su exesposo y quien la alejó de sus hijos a fines de los noventa. Así quedó en evidencia en las últimas horas cuando compartió un carrousel de fotos en Instagram que tiene como protagonista a su hija Zahira, que la convirtió en abuela hace pocos días, pero en donde se puede ver al jordano compartiendo la escena y dejando en evidencia que el foco ahora está puesto en mirar hacia adelante.
El camino hacia la reconciliación
El tiempo cura las heridas. O al menos las hace menos dolorosas. A lo largo de los últimos años, Gabriela Arias Uriburu (58) realizó un trabajo interno por medio del cual buscó encontrar paz y reconciliarse con su dramática historia de vida: su marido, Imad Shaban, intentó alejarla de sus tres hijos llevándoselos a Jordania.
En su búsqueda de paz, Gabriela Arias Uriburu se sumergió en el estudio de su árbol genealógico y descubrió detalles sorprendentes sobre sus ancestros. Una bisabuela por parte del lado paterno había venido desde Francia con su hija, quien nunca volvió a tener contacto con el padre. Este hallazgo la llevó a reflexionar sobre la importancia de la unión familiar y la necesidad de que los niños puedan vincularse con ambos padres.
Además, Gabriela Arias Uriburu descubrió que sus ancestros tenían raíces judías, lo cual le hizo comprender por qué se casó con Imad Shaban, a pesar de las dificultades religiosas que esto implicaba. Para ella, era importante no tener que esconder su identidad ni simular ser alguien que no era. La historia con Imad tuvo un tinte religioso complejo, pero finalmente lograron superar las diferencias y encontrar la paz.
Un nuevo comienzo
Hoy en día, Gabriela Arias Uriburu y Imad Shaban han dejado atrás el pasado y se enfocan en mirar hacia el futuro. Comparten momentos en familia, como la llegada de su nieta, y demuestran que el amor y la reconciliación son posibles incluso después de años de separación.
El reencuentro de Gabriela Arias Uriburu con el hombre que la separó de sus hijos es un testimonio de superación y perdón. Nos enseña que, a pesar de las dificultades, siempre hay esperanza de reconstruir los lazos familiares y encontrar la felicidad.