Luis Ventura y Fabiana Liuzzi: Un amor que se blanquea en el paraĆ­so

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Un amor que se consolida en el paraĆ­so

Aunque reivindica sus orĆ­genes barriales en Lanus y se siente muy argentino a pesar de que naciĆ³ en Brasil, Luis Ventura es un relojito suizo. El mejor periodista del paĆ­s tiene sus tiempos para todo. Para el laburo es urgente y ahora. La primicia al palo y en el momento. La noticia caliente y voraz. Para los MartĆ­n Fierro planifica con el cerebro frĆ­o y empresarial de presidente de APTRA. Para sus relaciones afectivas es mucho mĆ”s larguero.

Estuvo casado una vez. Estuvo mĆ”s de 25 aƱos con Estelita. Y ahora aprovechĆ³ unas vacaciones para blanquear su relaciĆ³n con Fabiana Liuzzi. DespuĆ©s de tanto tiempo, era hora. Luis y Fabiana se fueron a pasar unos dĆ­as al Uruguay, ese paĆ­s que para Ć©l es su segunda casa desde siempre y que a ella le permite, cada tanto, disfrutar de unos dĆ­as ‘sin laburo’ de Ć©l, algo que para una personalidad tan inquieta y tan movediza como la de Ventura parece imposible.

Jornadas al sol, rodeados de verde, con alguna piletita y, si se da, tambiĆ©n de la playa para tomar unos mates y disfrutar el atardecer mientras se mira pasar la vida. Donde van Luis y Fabiana tambiĆ©n estĆ” AntoƱito, el hijo de los dos, el sol que ilumina sus dĆ­as, el faro que los lleva adelante y que de alguna manera tambiĆ©n los uniĆ³ mucho. Al nene le gusta jugar, pasarla bien, aprender, pasar tiempo con ellos. Mejor, que lo dejen disfrutar. La vida se encarga sola de traer problemas, complicaciones y penurias como para arruinarle estos tiempos de infancia. AhĆ­ la vida tambiĆ©n es un relotito suizo, pero un relojito suizo maldito.

Unos dĆ­as de descanso en el paraĆ­so

Fabiana, Luis y AntoƱito -perdĆ³n, Luisito, pero corresponde nombrarla a ella primero porque se las bancĆ³ todas como una leona- se alojaron en un hotel de lujo y con todas las comodidades. Hasta una piscina tan inda que daban ganas de quedarse a dormir arriba de un colchĆ³n flotante. A Ć©l se lo conoce bien y prefiere la cosa sencilla y tranquila, serena y sin estridencias, silenciosa y poco ostentosa, pero un par de dĆ­as en el paraĆ­so no le vienen mal a nadie.

‘Unos dĆ­as reparadores en Terraza del Mar, en el paradisĆ­aco Portezuelo… Paz y playa a todo descanso. Gracias a los responsables de este rincĆ³n natural Ā”Ā”Ā”ToƱito la rompiooooĆ³!!!’ exclamĆ³ Venturita, desbordado por la felicidad, en sus redes sociales. Fabiana tambiĆ©n subiĆ³ fotos y videos en el mismo lugar. En algunas estĆ” ella, en otras su nene, en otras los dos juntos, y tambiĆ©n estĆ” Luisito. No hay de los dos juntos, pero no hace falta. En el mundo de la virtualidad hay gestos que hablan mĆ”s que mil palabras, y seƱales que dicen mĆ”s que mil gritos sin demasiado sentido. Y si a Juariu le alcanza con que coincidan dos paredes para decir que una pareja estĆ” confirmada, con esto cualquiera se hace un picnic. Que viva el amor.

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