Introducción
Rumor va, rumor viene… la farándula se entretiene. Desde tiempos ‘inmemoriales’ se sabe que Sabrina Rojas y Griselda Siciliani no se quieren. No pegaron onda, no tuvieron química, nunca se llevaron bien, no hubo ‘feeling’. En una palabra (o en dos) se odian. Y claro, todo tiene un motivo: como suele suceder en estos casos, se supo ahora, lo que las enfrentó de una vez y para siempre fue un hombre.
El detonante de la enemistad
Sabrina Rojas era la mujer de Luciano Castro y hacía esfuerzos titánicos por disimular que le había caído para el demonio la filtración de las fotos ‘hot’ de él y que todavía más le había dolido enterarse que esas imágenes no eran para ella sin para otra cuando debió tragarse unos cuantos sapos más. Por ejemplo, que todo el mundo hablara de ‘las partes íntimas’ de su muchacho (incluso le molestó ver a Pampita referirse al tema) y que una megafamosa admitiera públicamente que tuvo algo con él.
Cuando la historia de amor de Castro y Rojas flameaba como hoja amarillenta a punto de caer de un árbol en otoño, Siciliani no tuvo mejor idea que contar en una entrevista que había tenido un amorío con Castro cuando los dos eran jóvenes principiantes. Si eso ya le cayó mal a Sabrina, lo que siguió lo sintió como una patada en el hígado: puso cara de pícara y sonrió cuando le preguntaron si la había pasado bien junto a él.
La reacción de Sabrina Rojas
Ese fue el detonante que hizo explotar por los aires cualquier tipo de buenas intenciones entre las dos. Rojas creyó que Griselda estaba haciendo leña del árbol caído y desde entonces la puso en los primeros puestos de su lista de enemigas. Le hicieron un reportaje y no esquivó la pregunta acerca de ese comentario. Dijo que no era oportuno, que no había necesidad -mucho menos en ese momento- y que le parecía distante de tener una buena intención. En pocas palabras (o en cuatro) lo creía mala leche.
Conclusión
En las últimas horas se escuchó un rumor hablando de un acercamiento muy llamativo de Luciano Castro y Griselda Sicilaini. Más o menos lo de siempre: que se vieron, que fueron a comer y que se perdieron con rumbo desconocido, que es el rumbo más conocido de la historia. Por supuesto que la versión llegó a oídos de Sabrina Rojas, quien está soltera luego de su doble separación. Primero rompió con Castro, y luego con el Tucu López. Consultada por Socios del espectáculo por esta fuerte versión, Rojas puso su peor cara de traste y abandonó la gentileza y la frescura que venía mostrando en sus anteriores respuestas. ‘No lo sé, tendrían que preguntarle a ella porque yo ya no tengo nada que ver con eso. Ojalá el gordo esté bien, se enamoré y si quiere volver a ser padre que lo sea, pero yo no tengo nada que ver. Lo que tuve que decir ya lo dije en su momento, y sigo pensando lo mismo de aquella vez’. ¿Clarito, no?
