El grito de guerra de Argentina en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos con todo Francia en contra
Los Juegos Olímpicos “París 2024” están oficialmente en marcha. Si bien algunas competiciones ya se venían disputando por cuestiones de calendario, la fiesta inaugural desarrollada hoy alrededor de los majestuosos paisajes que rodean al Río Sena le dieron comienzo a la justa deportiva más importante de todas las que se desarrollan en el planeta y que solo son eclipsados por los mundiales de fútbol, que también se juegan cada 4 años.
La delegación argentina hizo su aparición en medio de un clima enrarecido por todos los acontecimientos que se suscitaron en las últimas semanas después de que el seleccionado nacional ganara la Copa América y de alguna manera “reverdeciera” el encono que quedó con los “galos” después de la recordada e inolvidable (sobre todo para nosotros) final de Qatar, donde el equipo comandado por Lio Messi se impuso por penales tras un electrizante 3-3 en los 120 minutos que incluyeron los 90 reglamentarios más los 30 de alargue.
En el micro que transportó de regreso a la delegación argentina hasta el lugar donde se alojaba en Miami la noche de la final ganada a Colombia por 1-0 con gol de Lautaro Martínez a los 112 minutos, Enzo Fernández hizo un vivo de Instagram donde se lo vio entonces, junto a alguno de sus compañeros, una canción que intenta herir a Francia por cuestiones raciales y sexuales.
Eso provocó una fuerte reacción de los franceses -los compañeros de Enzo en el Chelsea de esa nacionalidad directamente lo dejaron de seguir, por ejemplo- y un escándalo que fue creciendo hasta convertirse en una suerte de embrollo diplomático con la vicepresidenta Victoria Villarruel “bancando” al futbolista y la hermana de Javier Milei, Karina, yendo a la embajada de Francia a pedir disculpas por el tropiezo de la número dos del gobierno nacional, que se vio envuelto en una crisis interna que ni la inflación, la pobreza, el hombre o los patéticos números de la economía habían generado.
Todo eso generó un clima hostil para todo lo que sea argentino o albiceleste en la hermosa Paris y sus zonas de influencia. Incluso en Lyon, donde se presentó el seleccionado sub 23 de fútbol para debutar contra Marruecos, se vivió una especie de “oleada antiargentina” que se intensificó cuando el árbitro dio 15 minutos de adicional y en ese tramo infinito del partido el equipo de Javier Mascherano llegó a un 2-2 milagroso. Dos horas después, el árbitro decidió que los equipos volvieran a la cancha, anuló el gol a instancias del VAR y obligó a jugar 3 minutos más, tras los que Argentina perdió 2-1. Medalla de oro al bochorno total.
La delegación argentina atravesó el Sena en un catamarán que compartió con otros países siendo la más numerosa de ese buque. Cuando la televisión enfocó de frente a nuestros representantes olímpicos se oyó con claridad un grito de guerra también “muy futbolero” pero no de los equipos que juegan en el campeonato local sino de cada presentación del seleccionado: “Vamos vamos, Argentina, vamos vamos, a ganar… que está barra, quilombera, no te deja no te deja de alentar”. Y esta vez los franceses no pudieron decir nada. 1-0 arriba entonces.
