Recuperando las Islas Malvinas: Una Estrategia Integral de Defensa y Negociación

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La clave para recuperar las Islas Malvinas radica en una estrategia multidimensional que combine una política de defensa revisionista con una acción diplomática sostenida. Tras la Guerra de Malvinas en 1982, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (RUGBIN) ha logrado mantener un aislamiento artificial de las islas, alejándolas de cualquier vínculo material con Argentina. Para romper este statu quo desfavorable, es imprescindible que nuestro país eleve los costos que tiene el RUGBIN en sostener su ocupación colonial.

Una política de defensa revisionista

La dimensión militar es la piedra angular de la estrategia para recuperar las Islas Malvinas. Esto implica:

  1. Orientar la política de defensa hacia la presencia británica en el Atlántico Sur, fortaleciendo la capacidad de disuasión y proyección de poder de Argentina en la región. Esto incluye adquisiciones de sistemas de armas, infraestructura y personal militar enfocados en esta área geográfica.
  2. Incrementar sustancialmente el presupuesto de defensa, pasando de aproximadamente 0,7% del PBI a entre 1,5% y 2%. Esto permitiría destinar USD 12.000 millones anuales, casi el 16% del presupuesto británico, para robustecer la posición geopolítica de Argentina en el Atlántico Sur.
  3. Seleccionar aliados internacionales en función de cómo contribuyen al objetivo revisionista de aumentar los costos del RUGBIN, más allá de afinidades ideológicas. Esto implica evaluar cuidadosamente los beneficios y riesgos de acercamientos a la OTAN o Estados Unidos.

Una estrategia diplomática integral

Paralelamente a la política de defensa, Argentina debe desplegar una acción diplomática sostenida en múltiples frentes:

  • Regionalizar el conflicto, buscando el apoyo y la solidaridad de los países de América Latina y el Caribe.
  • Fortalecer los vínculos científicos y económicos con las islas, como a través del proyecto Pampa Azul, para aumentar la interdependencia material con el continente.
  • Mantener firme el reclamo de soberanía en los foros internacionales, como la ONU, apelando a la Resolución 2065 que insta a la negociación.
  • Generar incentivos para que el RUGBIN acepte sentarse a negociar, elevando los costos de mantener el aislamiento artificial de las islas.

En definitiva, la recuperación de la soberanía efectiva de las Islas Malvinas requiere de una estrategia integral que combine el fortalecimiento de la posición geopolítica de Argentina en el Atlántico Sur a través de una política de defensa revisionista, con una acción diplomática sostenida a nivel regional e internacional. Solo así podremos romper el aislamiento artificial impuesto por el RUGBIN y avanzar hacia una solución justa y duradera del conflicto.

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