Las vacaciones de verano representan una oportunidad única para que niños y adolescentes experimenten un cambio real en su rutina, dejando atrás la estructura escolar y disfrutando de un tiempo de ocio. Sin embargo, con la creciente presencia de las pantallas, este valioso tiempo libre puede verse comprometido. El uso excesivo de dispositivos electrónicos puede interferir con la socialización, la imaginación y el disfrute de las actividades al aire libre.
Evangelina Cueto, médica pediatra, especialista en adolescencia y orientadora en crianza y familia, nos comparte 5 estrategias efectivas para mantener a los chicos alejados de las pantallas y aprovechar al máximo las vacaciones.
1. Conversar sobre los límites de manera respetuosa
Antes de establecer restricciones, es fundamental abrir un espacio de diálogo con los niños. Reflexionar en conjunto sobre cómo el uso excesivo de dispositivos puede afectar el descanso, el movimiento y la posibilidad de disfrutar el tiempo libre genera conciencia y facilita la construcción de límites que todos comprendan y respeten. Al involucrar a los chicos en esta conversación, se promueve su participación activa y compromiso con las reglas acordadas.
2. Crear rutinas que prioricen el aire libre
Incorporar actividades al aire libre es esencial durante las vacaciones. Propuestas como caminatas, juegos en plazas, tardes de picnic o deportes no solo reducen el tiempo sedentario, sino que también estimulan la creatividad y el bienestar emocional. Estas experiencias se enriquecen aún más cuando se planifican en conjunto con los chicos, permitiéndoles ser parte de las decisiones.
3. Establecer zonas y momentos libres de pantallas
Definir espacios y horarios en los que los dispositivos no estén presentes ayuda a promover una desconexión saludable. Momentos como las comidas, los encuentros familiares o las horas previas al descanso nocturno son ideales para cultivar el hábito de estar presentes. Al tratarse de acuerdos previamente dialogados, estas reglas se perciben menos como restricciones y más como oportunidades de conexión real.
4. Planificar el uso de dispositivos como un hábito saludable
No se trata de prohibir, sino de establecer tiempos específicos para el uso de pantallas. Por ejemplo, acordar una hora al día para juegos o contenidos digitales permite disfrutar de la tecnología de forma equilibrada. Este enfoque ayuda a los chicos a desarrollar autocontrol y a fomentar una relación más saludable con los dispositivos.
5. Reconocer juntos las dificultades
Hablar abiertamente sobre cómo el uso de dispositivos nos desafía a todos, tanto a niños como a adultos, es un gran paso hacia la construcción de límites honestos y realistas. Este reconocimiento mutuo fomenta un clima de confianza donde las normas se sienten compartidas y justas. Cuando los chicos participan activamente en el diseño de estos límites, se incrementa el apego a las normas y se sientan las bases para una autorregulación genuina.
Las vacaciones son una oportunidad inigualable para que niños y adolescentes disfruten de un tiempo más libre, conectado con el presente y con quienes los rodean. Establecer límites claros y consensuados sobre el uso de pantallas no solo fomenta el bienestar físico y emocional, sino que también fortalece los vínculos familiares. Recuerda que las mejores conexiones se encuentran en las experiencias compartidas y en la riqueza de lo cotidiano, más allá de las pantallas.