Natalie Weber y Mauro Zárate han construido una vida juntos que va más allá de los reflectores. Aunque su matrimonio ha sido objeto de interés público, la pareja ha logrado mantener una relación sólida y dinámica, adaptándose a los altibajos de la fama y la crianza de sus hijos.
Más que besos y abrazos
Natalie reveló que, después de más de una década juntos, ya no se besan a diario ni muestran afecto público como antes. Sin embargo, esto no significa que su amor se haya enfriado. Ella explica que han aprendido a expresar su cariño de una manera más discreta y personal, enfocándose en la intimidad y la complicidad que han cultivado a lo largo de los años.
Apoyo mutuo en la carrera
A pesar de que Mauro Zárate no suele ver a Natalie en televisión, él la apoya en sus oportunidades laborales. Ella ha logrado consolidar su carrera como columnista en diferentes programas, y Zárate respeta y valora este espacio que ella ha construido para sí misma. Juntos, han encontrado un equilibrio entre sus carreras y la vida familiar.
Adaptándose a los cambios
Después de años de acompañar a Zárate en sus compromisos deportivos por el mundo, Natalie se ha instalado en Argentina y se ha enfocado en la crianza de sus hijos, Mia y Rocco. Esta transición no ha sido fácil, pero la pareja ha sabido adaptarse y encontrar nuevas formas de mantener su conexión y su vida en común.
Intimidad y privacidad
Natalie reveló que, en un momento, tuvieron que mudarse de casa debido a la falta de privacidad. Zárate llegaba a espiarla por la ventana, lo que les impedía tener la intimidad que necesitaban. Esta situación les enseñó la importancia de preservar su espacio personal y familiar, algo que han logrado con el tiempo.
La relación de Natalie Weber y Mauro Zárate demuestra que el amor y el compromiso van más allá de las apariencias. A pesar de los desafíos que enfrentan, han sabido encontrar formas de mantener su vínculo y priorizar su familia, demostrando que la verdadera conexión se construye en la intimidad y el respeto mutuo.
