¿Quién controla el negocio del fútbol argentino?

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El fútbol argentino se encuentra en una encrucijada con la llegada de inversores privados al mercado local. Por un lado, hay quienes defienden la idea de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) como una solución para sanear las finanzas de los clubes y atraer capitales extranjeros. Por otro, están los que se oponen a la privatización, temiendo que se pierda el carácter social y comunitario de las instituciones.

En medio de este debate, aparece la figura de Foster Gillett, un empresario estadounidense que se ha asociado con Juan Sebastián Verón y el club Estudiantes de La Plata. Gillett ha realizado importantes inversiones, como el pago de 15 millones de dólares por la cláusula de salida de Cristian Medina de Boca Juniors y 11,5 millones por Rodrigo Villagra de River Plate.

Sin embargo, la trayectoria de Gillett en el fútbol no está exenta de controversias. Su experiencia en la gestión del Liverpool inglés terminó de manera conflictiva, con problemas financieros y el rechazo de los hinchas. Esto ha generado dudas sobre sus verdaderas intenciones en el fútbol argentino.

Otro personaje clave en este escenario es Cristian Bragarnik, un empresario que ha tenido una relación exitosa con el club Defensa y Justicia durante más de 15 años. Bragarnik ha logrado sanear las finanzas del club y mantenerlo competitivo, aunque su modelo de negocio se asemeja más a una SAD que a una asociación civil sin fines de lucro.

La discusión sobre las SAD en Argentina tiene referentes internacionales, como los casos de Italia, Inglaterra y Alemania. Cada país ha adoptado diferentes enfoques, con resultados diversos. Mientras que en Italia y España la privatización de los clubes ha sido la norma, en Alemania se ha optado por un modelo más proteccionista, con la regla del 50+1 que mantiene el control de los socios.

En Argentina, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) se ha mostrado reticente a la implementación de las SAD, defendiendo el modelo de asociaciones civiles sin fines de lucro. Sin embargo, el Gobierno Nacional ha impulsado medidas que facilitan la conversión de los clubes en SAD, generando un conflicto con la AFA.

En este contexto, la llegada de Javier Milei a la presidencia ha sido un factor clave. Milei, junto a figuras como Guillermo Tofoni y Andrés Fassi, han sido promotores de las SAD en el fútbol argentino. Esto ha generado una confrontación con la cúpula de la AFA, liderada por Claudio Tapia y Pablo Toviggino, quienes se oponen a la privatización de los clubes.

En resumen, el ecosistema del fútbol argentino se encuentra en una encrucijada, con múltiples intereses en juego y poca transparencia. Mientras algunos defienden la llegada de inversores privados y las SAD como una solución, otros temen por la pérdida del carácter social y comunitario de los clubes. La indefinición y la falta de regulaciones claras hacen que este proceso sea particularmente peligroso para el futuro del fútbol local.

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