En un momento en que el periodismo enfrenta desafíos sin precedentes, la situación en América Latina es aún más crítica. Los medios digitales independientes, que han sido pilares fundamentales para la democracia y la rendición de cuentas, se enfrentan a una crisis existencial debido a la repentina pérdida de financiamiento clave.
La dependencia de donantes extranjeros
Muchos de estos medios digitales de interés público en la región dependen en gran medida de donaciones de organizaciones internacionales, ONG y gobiernos extranjeros, como la Fundación Open Society de George Soros y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Esta dependencia los ha dejado vulnerables ante los cambios en las prioridades de estos financiadores.
Cuando el gobierno de Trump en Estados Unidos decidió congelar los fondos de USAID y eliminar a esta agencia, el impacto fue devastador para el periodismo independiente en América Latina. Medios como Factual en México, Anfibia en Argentina y Armando.info en Venezuela se vieron repentinamente privados de una fuente crucial de financiamiento.
El riesgo de la concentración de fondos
Además, la concentración de fondos en unas pocas organizaciones clave, como la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y Internews, ha dejado a muchos medios en una situación precaria. Cuando estos intermediarios dejaron de recibir fondos de USAID, tuvieron que suspender o reducir drásticamente su apoyo a los medios de la región.
La necesidad de diversificar las fuentes de financiamiento
Queda claro que el periodismo independiente en América Latina no puede depender únicamente de donantes extranjeros. Es crucial que estos medios diversifiquen sus fuentes de financiamiento y desarrollen modelos de sostenibilidad que les permitan mantener su independencia editorial y su capacidad de fiscalizar a los poderes públicos.
El papel clave de las audiencias
Una de las soluciones más prometedoras es involucrar más a las audiencias y convertirlas en parte activa del modelo de financiamiento. Esto implica convencer a los ciudadanos de la importancia del periodismo independiente y de su papel como contrapeso democrático, y motivarlos a apoyar económicamente a estos medios.
Si bien el panorama es desalentador, el futuro del periodismo en América Latina depende de la capacidad de estos medios para reinventarse y encontrar nuevas formas de financiamiento que les permitan mantener su independencia y su compromiso con el interés público. Y en esto, el apoyo de la ciudadanía será fundamental.