El escándalo conocido como ‘Criptogate’ ha sacudido los cimientos del liderazgo de Javier Milei, exponiendo una faceta poco conocida del presidente. Más allá de las cifras y encuestas, es necesario comprender cómo este evento impacta en los diferentes perfiles de votantes que conforman su base de apoyo. A través de un análisis sociológico, podemos vislumbrar seis tipos ideales de seguidores de Milei, cada uno con sus propias racionalidades y reacciones ante esta crisis.
El Feligrés: La Verdad Revelada
Para este grupo, la figura de Milei es casi mesiánica, dotada de una visión y capacidad de anticipación que los ‘elegidos’ pueden comprender. Cualquier revés o escándalo es interpretado como una prueba de fe, parte de un plan divino que no debe ser cuestionado. Su adhesión al líder es inquebrantable, inmune a los hechos, pues para ellos Milei encarna una verdad superior que trasciende la realidad.
El Átomo Libre: La Ley de la Selva
Este perfil comparte el dogmatismo del feligrés, pero su visión del mundo es la de un ‘trader’ o ‘cripto bro’ que cree en la ley del más fuerte. Para ellos, la astucia y la capacidad de imponerse en un entorno competitivo son los máximos valores. Incluso si Milei hubiera participado en un esquema Ponzi, podrían celebrarlo como la acción de un ‘Maquiavelo digital’ que supo aprovechar las reglas de la selva financiera.
El Punitivo: El Espectáculo del Castigo
Obsesionado más con el castigo que con el crimen, este tipo sociológico está fascinado por la autoridad ejerciendo su fuerza. Para ellos, la figura de Milei queda relativamente indemne, pues lo ven como una figura de poder que debe aplicar mano dura, sin importar los medios. Su leitmotiv es ‘el que las hace las paga’, y el escándalo no afecta su adhesión mientras Milei mantenga su postura punitiva.
El Tecnócrata del Mercado: La Eficiencia por Encima de Todo
Este perfil valora la experticia económica de Milei por sobre sus excentricidades. Ve al presidente como un ‘elegido’ capaz de ordenar la economía, sin preocuparse por las consecuencias sociales. Si el ‘Criptogate’ se revela como una estafa, el tecnócrata puede retirar su apoyo, pues considera que Milei ha atentado contra las reglas del juego del mercado que tanto admira.
El Tolerante: Límites de la Inclusión
Este neoliberal progresista cree en las reglas del mercado, pero también abraza las demandas de reconocimiento cultural. Sin embargo, su tolerancia tiene límites, y el escándalo de Milei puede erosionar su imagen, especialmente si lo percibe como una amenaza al orden establecido.
El Desencantado: El Escepticismo Ante la Política
Caracterizado por una actitud anti-política, este perfil se ha desilusionado repetidamente con los líderes. Para él, el ‘Criptogate’ solo confirma sus sospechas de que ‘todos los políticos son iguales’. Su reacción es de resignación y profundización de su escepticismo, sin rabia o rebelión.
En resumen, el escándalo de Milei afecta de manera desigual a estos seis perfiles de votantes. Los tres primeros, considerados los ‘duros’, mantendrán su adhesión inquebrantable, mientras que los tres últimos, los ‘blandos’, pueden ver erosionada su confianza en el líder. Comprender estas racionalidades es clave para quienes busquen disputar políticamente el espacio que Milei ha logrado conquistar.