El año 2024 trajo una sorpresa positiva en materia económica, con una caída del 1,8% en la actividad impulsada por el sector agropecuario. Además, se lograron superávits fiscales en todos los meses, se recompusieron las reservas sin incurrir en default, se redujo fuertemente la inflación y la pobreza descendió hasta el 37%. Esto sugiere que la agenda macroeconómica ha tomado un buen rumbo, aunque aún quedan desafíos importantes por delante.
Sin embargo, más allá de la macroeconomía, el Gobierno ha tenido que enfrentar fallas de mercado que ponen a prueba su enfoque de política económica. Por ejemplo, la adquisición de Telecom por Telefónica generaría un monopolio que controlaría cerca del 70% de los servicios de telecomunicaciones. Ante esto, el Gobierno intervino a través del ENACOM y la Comisión Nacional de Defensa a la Competencia para evaluar la situación y evitar la concentración excesiva.
Otro caso fue la intimación a Flybondi para que presentara un plan correctivo ante las constantes cancelaciones de vuelos. Esto contradice la idea de que el mercado debería definir por sí solo la calidad del servicio y el nivel de riesgo que los usuarios están dispuestos a asumir. En su lugar, el Gobierno recurrió a la ANAC para que fiscalizara y exigiera a la aerolínea medidas para mejorar la prestación.
Estos ejemplos muestran que, a pesar de la retórica de algunos miembros del Gobierno sobre la perfección del mercado, en la práctica se reconocen las fallas de mercado y se interviene para corregirlas. Esto es fundamental para lograr una macroeconomía ordenada y un crecimiento sostenible.
Sin embargo, un desafío adicional es la seguridad jurídica y la institucionalidad. Según los premios Nobel Acemoglu, Johnson y Robinson, en su libro Por qué fracasan las Naciones, los manejos a dedo en el Poder Judicial que beneficiaron al Poder Ejecutivo en gobiernos anteriores afectaron el crecimiento de Argentina. En este sentido, el reciente nombramiento de jueces por decreto a días del inicio de las sesiones ordinarias del Congreso podría poner en riesgo el crecimiento a largo plazo.
En resumen, el Gobierno ha logrado avances significativos en la macroeconomía, pero enfrenta el desafío de abordar las fallas de mercado y mantener la institucionalidad para asegurar un crecimiento sostenible. Será crucial que evite caer en contradicciones y discursos falsos que puedan afectar el rumbo de la economía.
