El Ángel de la Muerte: La Vida Confinada de Carlos Robledo Puch

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Carlos Robledo Puch, conocido como “El Ángel de la Muerte”, se ha convertido en el preso con más años tras las rejas en Latinoamérica. Condenado por 11 homicidios cometidos entre 1971 y 1972 en la zona norte del Gran Buenos Aires, Robledo Puch lleva más de 53 años encarcelado en la Unidad Penitenciaria 26 de Olmos.

Recientemente, se revelaron polémicos audios del asesino serial, en los que expresa su deseo de morir y detalla los problemas de salud que lo aquejan. “Estoy sufriendo condenadamente. Estoy sufriendo de cuatro hernias, la próstata, las cataratas, la artrosis, el asma, la pérdida de masa muscular, los dolores de la columna, de la cadera, de la cintura, de todo. Estoy destruido”, se le escucha decir.

Rechazo a un Régimen de Prisión Más Abierto

Según informó el periodista Martín Candalaft, el juez a cargo del caso de Robledo Puch le ofreció la posibilidad de ser trasladado a un régimen de prisión más abierto, casi en libertad condicional. Sin embargo, el asesino serial se negó a aceptar este beneficio procesal.

“Le dijeron si quería un poco más de libertad y se negó, dijo que ya estaba acostumbrado”, explicó Candalaft. Ser incorporado a este régimen abierto implicaría no tener guardia armada, muros perimetrales ni otras formas de contención.

Adaptado a la Vida Encarcelada

Según el documento judicial, la Justicia había resuelto dar a Robledo Puch la oportunidad de acceder a un régimen de prisión más abierto, pero él se negó. “No me van a dejar salir jamás en libertad… creo que te lo dije fui claro. Jamás. Jamás van a dejarme ir a ningún lado”, le dijo el asesino al periodista que lo entrevistó.

Parece que, después de más de cinco décadas encarcelado, Robledo Puch se ha adaptado a la vida tras las rejas y no desea cambiar su situación actual, a pesar de los graves problemas de salud que padece.

Un Caso Emblemático de la Justicia Argentina

El caso de Carlos Robledo Puch se ha convertido en un símbolo de la justicia argentina y ha generado un gran interés público a lo largo de los años. Su negativa a aceptar un régimen de prisión más abierto, incluso cuando su salud se deteriora, refleja la complejidad y los desafíos que enfrentan las autoridades al lidiar con delincuentes de alta peligrosidad.

A medida que Robledo Puch envejece entre las paredes de la cárcel, su historia continúa captando la atención de la sociedad, planteando preguntas sobre la rehabilitación, la justicia y la compasión en el sistema penitenciario.

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