La designación por decreto de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla a la Corte Suprema por parte de Javier Milei ha generado una fuerte reacción de los principales partidos políticos. Sin embargo, a pesar de las manifestaciones públicas en contra, el Senado no ha activado los mecanismos para revertir estas decisiones. ¿Qué está sucediendo detrás de escena?
La respuesta es compleja y revela una batalla silenciosa que se libra en los pasillos del Congreso. Por un lado, el interbloque de Unión por la Patria (UP), con 34 integrantes, busca convocar a una sesión especial para rechazar los dos pliegos. Pero para ello necesitan asegurarse una mayoría absoluta de 37 senadores, un obstáculo que no es sencillo de superar.
Uno de los principales escollos es que la Comisión de Acuerdos aún no ha emitido dictamen sobre la candidatura de García-Mansilla. Esto impide que el Senado pueda tratar ambos pliegos en simultáneo, lo que facilitaría la obtención de los votos necesarios. Aquí es donde se libra una intensa disputa, con el oficialismo y sus aliados de la UCR resistiendo esta ofensiva.
La estrategia del “dos o ninguno”
Según fuentes del interbloque de UP, la ofensiva solo se concretará si es contra los dos candidatos a la vez. Esto se debe a que hay tres senadores del bloque que firmaron el dictamen a favor de Lijo, y más de una decena que apoyan esa candidatura. Sin un quiebre importante en sus filas, el peronismo no tiene margen para avanzar solo contra el juez federal.
Por otro lado, el presidente del bloque de La Libertad Avanza (LLA), Ezequiel Atauche, retiene un proyecto de dictamen de aprobación del pliego de García-Mansilla, que cuenta con cuatro firmas. Si lo presentara, habilitaría el tratamiento en sesión especial, al margen de la discusión sobre las firmas en el pliego de UP.
La influencia de la Casa Rosada
Según trascendidos, el Gobierno no vería con malos ojos la salida de García-Mansilla de la Corte, ya que habría impedido, junto a Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, la asunción de Lijo. Esto habría molestado a Santiago Caputo, asesor estrella del presidente e ideólogo de las designaciones.
Además, la Casa Rosada ha hecho gestiones ante los gobernadores de la UCR para que sus senadores no aporten las firmas que faltan para el dictamen de rechazo. Esto ha generado discusiones en el bloque radical, donde solo Martín Lousteau ha impulsado la idea de una sesión especial para voltear las designaciones.
Un final abierto
La batalla se libra en estos momentos en la Comisión de Acuerdos, presidida por la senadora del PRO Guadalupe Tagliaferri. La discusión podría destrabarse en breve o terminar en un escándalo. El final está abierto, y dependerá de las lealtades que se pongan a prueba en el Senado.
Lo que está claro es que, más allá de las declaraciones públicas, el Senado se resiste a activar los mecanismos institucionales para revertir los polémicos nombramientos de Milei en la Corte Suprema. Una batalla silenciosa que revela los intrincados juegos de poder que se libran en los pasillos del Congreso.
