En medio del caos y la devastación causada por el temporal que azotó Bahía Blanca, dos amigos, Nicolás Bacan y Lucas Bruna, se convirtieron en héroes anónimos al lanzarse a las aguas turbulentas para salvar a más de 40 personas de las inundaciones.
Cuando Nicolás y Lucas vieron a sus vecinos, incluidos ancianos, luchando por sobrevivir, no dudaron en tomar una moto de agua y arriesgarlo todo para rescatarlos. “El viernes 7 me desperté en casa, estaban todos bien, caminé dos cuadras más abajo y me di cuenta de la magnitud. Los abuelos de mis amigos y vecinos se estaban ahogando. Corrí a la casa de Nicolás Álvarez, otro vecino, y le digo ‘Nico, necesitamos la moto de agua y empezar a sacar gente’. No lo dudo un segundo, los dos confiamos nuestra vida en el otro”
, relató Lucas.
Una Jornada Heroica de Rescates
Durante ocho horas intensas, Nicolás y Lucas se lanzaron una y otra vez al agua, rompiendo ventanas y puertas para llegar a las personas atrapadas. “Nico me llevaba, yo me tiraba de la moto, rompía vidrios o persianas, entraba a las casas entre los muebles que flotaban, cargaba al rescatado en la moto y esperaba a que Nico los lleve y vuelva por mí para continuar”
, describió Lucas.
Pero su labor no fue fácil. Además de enfrentar las peligrosas aguas, los amigos se encontraron con situaciones desgarradoras, como ver a personas mayores desamparadas y a una abuela que se le escapó de las manos a su nieto. “Nos pedían que buscáramos a familiares en distintas calles, pero solo podíamos salvar a quienes veíamos en situación crítica: personas aferradas a árboles, carteles, mucha gente mayor… Un chico en la calle Urquiza sostenía la mano de su abuela, pero cuando llegamos, se le escapó y la perdió. Estaba en estado de shock. Lo peor fue ver a los abuelos solos, desamparados, temblando de miedo”
, lamentó Lucas.
Un Ejemplo de Solidaridad y Valentía
A pesar de los momentos traumáticos, Nicolás y Lucas lograron rescatar a 40 personas, algunas de ellas fallecidas. Su acto de heroísmo y solidaridad conmovió a toda la comunidad de Bahía Blanca, que los recibió con lágrimas de agradecimiento.
“El domingo salimos a trabajar y la gente nos frenaba, lloraba y abrazaban. Hoy agradezco a cada uno que estuvo ahí ayudando, sin ustedes no era posible”
, expresó Lucas, emocionado.
La historia de Nicolás y Lucas es un ejemplo de cómo la solidaridad y el coraje pueden hacer la diferencia en momentos de crisis. Sus acciones heroicas inspiraron a toda la comunidad y servirán como un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay personas dispuestas a arriesgarlo todo por ayudar a los demás.
