Luciana, la participante de Gran Hermano, se vio envuelta en una polémica tras ser acusada de acoso por parte de Bati. Después del escándalo que se generó en el reality, Luciana decidió hacer su descargo y compartir su perspectiva sobre el caso.
Según Luciana, todo se trató de un “juego” y ella no tenía intenciones de incomodar a Bati. “A mí los chicos gay no me gustan. Para mí era divertido darle vuelta la foto y abrazarlo, pero no hace falta hacer circo de nada. A mí me decís buenamente que te incomoda y ya está.”
Reconoce que quizás traspasó ciertos límites, pero asegura que si Bati le hubiera expresado su malestar antes, ella habría entendido y detenido sus acciones.
La Importancia de la Comunicación y el Consentimiento
Bati, por su parte, manifestó su incomodidad ante las conductas de Luciana, exponiendo el problema en el confesionario. “Hubiera preferido que lo hable conmigo. Sufrí abuso y sé lo que es el abuso. Lo sufrí en primera persona y sé.”
Esto generó una respuesta por parte de la producción de Gran Hermano, quienes remarcaron la importancia del consentimiento y la comunicación abierta entre los participantes.
Gran Hermano señaló que, si bien se trata de un tema delicado, no aplicarían sanciones por el momento, pero enfatizaron que en la casa se permite todo tipo de vínculos, siempre y cuando exista aceptación y consentimiento mutuo.
Aprendiendo de la Experiencia
Esta situación ha servido como un aprendizaje para Luciana, quien reconoce que a veces “lo gracioso traspasa lo grueso” y que debe estar más atenta a las señales de incomodidad de los demás. Asimismo, Bati ha expresado la importancia de comunicar abiertamente cuando algo le molesta, en lugar de esperar a que la situación escale.
En resumen, este incidente en Gran Hermano ha puesto de manifiesto la necesidad de fomentar una cultura de respeto, comunicación y consentimiento mutuo entre los participantes, incluso en un entorno de juego y competencia.
