I. El dinero es un tema que siempre ha fascinado a la humanidad, con su aura de enigma y tabú. Hoy en día, su naturaleza parece estar en un plano muy distinto al de otros tiempos, volviéndose cada vez más abstracto y silencioso. La reciente “criptogate” es solo una muestra de la particular relación que algunos mantienen con el dinero en estos tiempos vertiginosos.
¿Querer ser millonario? Hace un tiempo, en una conversación con Migue Granados, él afirmó que “todos queremos ser millonarios”. Ante mi respuesta de que no todo el mundo aspira a eso, hubo cierta insistencia de su parte. Este episodio, sumado a mis propias indagaciones, me llevó a reflexionar sobre esta noción de “ser millonario” que parece haberse extendido, especialmente entre los jóvenes.
II. ¿Cuánto dinero se necesita para ser millonario? Tradicionalmente, se consideraba que un millón de dólares era la cifra que definía a un millonario. Pero hoy en día, términos como “billonario” y “multimillonario” han entrado en el léxico común, reflejando la escala astronómica que ha alcanzado la riqueza de algunos individuos. Sin embargo, para mí, un millón sigue siendo una cantidad exorbitante, casi incontable, más allá de lo que se pueda comprar con ella.
III. La canción “Money, money” de Liza Minelli en la película Cabaret es un clásico que me acompaña cuando pienso en el dinero. La letra, con su crítica irónica y corrosiva, hace referencia al “ruido del dinero”, ese clinking, clanking sound que hoy en día ha desaparecido. El dinero se ha vuelto cada vez más silencioso, digitalizado, una abstracción de la abstracción. Esta desmaterialización del dinero sin duda tiene efectos en nuestras formas de relacionarnos con él.
IV. Freud analizó la figura del millonario a través del chiste “famillonario” del poeta alemán Heinrich Heine. Este neologismo que condensa “familiar” y “millonario” revela la compleja relación que Heine tenía con su tío millonario, quien lo despreciaba por sus elecciones culturales. Así, Heine logró transformar su historia familiar como tragedia en una farsa.
V. La canción de Blur, “This is the next century”, con su verso “Yes the future has been sold”, me hizo recordar el libro de Michel Nieva, Ciencia ficción capitalista. Nieva nos muestra cómo el capitalismo tecnológico se ha apropiado del lenguaje de la ciencia ficción, ofreciendo una supuesta solución a las crisis socioambientales que él mismo ha desatado. Los multimillonarios CEO se presentan como los salvadores de la humanidad, mientras viven en un mundo aparte, ajenos a la realidad que consumen.
VI. La figura del millonario ha evolucionado a lo largo de la historia del capitalismo. Mientras que Henry Ford buscaba que sus trabajadores pudieran comprar sus propios autos, Elon Musk pretende habitar Marte con los únicos que puedan salvarse: otros millonarios como él. La historia parece haber hecho a los millonarios cada vez más miserables y desconsiderados con la humanidad.
VII. Palabras como “crypto”, “minar crypto”, “blockchain” y “holdear” se han vuelto parte del léxico común, reflejando cómo los mundos de las finanzas y la economía terminan afectando nuestras vidas. Estas palabras, a menudo en inglés, tienden a domesticar y apaciguar el impacto de sus significados. Prefiero no aprender a hablar en la “lengua de la ferocidad capital”.
En resumen, la noción de “ser millonario” ha evolucionado, volviéndose cada vez más abstracta y desconectada de la realidad. Mientras algunos jóvenes parecen obsesionados con esta idea, los multimillonarios se presentan como salvadores de la humanidad, cuando en realidad se han vuelto cada vez más miserables y desconsiderados. Nuestra relación con el dinero se ha transformado, y debemos estar atentos a las implicaciones de esta evolución.
