El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Gobierno argentino están trabajando a contrarreloj para aprobar un nuevo acuerdo en las próximas semanas. Después de meses de negociaciones, ambas partes buscan tener todo listo antes de las reuniones de primavera del organismo y del Banco Mundial a finales de abril.
Según fuentes cercanas a las conversaciones, el directorio del FMI tendrá una reunión informal esta semana para avanzar en el entendimiento técnico, conocido como Staff Level Agreement. Este acuerdo debe contener detalles clave como el monto del préstamo, la periodicidad de los desembolsos y las condicionalidades, incluyendo metas fiscales, acumulación de reservas y reformas estructurales.
Monto y Condicionalidades del Acuerdo
Si bien el Gobierno argentino había solicitado un préstamo de USD 11.000 millones para fortalecer las reservas, la cifra final aún no está definida. Algunas estimaciones apuntan a un acuerdo de entre USD 14.000 y 20.000 millones, destinados principalmente a cubrir los vencimientos de deuda con el FMI hasta 2029.
En cuanto a las condicionalidades, se espera que el acuerdo incluya un ajuste fiscal progresivo, con una meta de superávit primario del 2% del PIB para 2025. Esto representa un mayor esfuerzo en comparación con el 1,8% registrado el año pasado.
Desafíos en la Política Cambiaria
Uno de los principales puntos de tensión en las negociaciones es la definición de la política cambiaria. El FMI presiona por una flotación controlada del tipo de cambio, con un sistema de bandas que eventualmente derive en una flotación libre.
Sin embargo, esta propuesta presenta inconvenientes para el Gobierno argentino, que busca evitar una devaluación brusca del peso. Una banda muy estrecha podría llevar rápidamente el tipo de cambio a niveles altos, obligando al Banco Central a intervenir con ventas. Por otro lado, una banda más amplia dejaría la puerta abierta a una devaluación, algo que el Ejecutivo quiere evitar.
Riesgos y Desafíos Pendientes
Incluso con un acuerdo con el FMI, la situación económica argentina seguirá siendo frágil. Según la consultora Audemus, una dolarización del 5% del M3 (circulante de pesos más plazos fijos) y del 10% de la deuda comercial en dólares de los importadores podría generar una dinámica disruptiva en el mercado cambiario.
Además, el Gobierno enfrenta la oposición de algunos sectores políticos y sindicales, que han expresado su rechazo al acuerdo a través de cartas dirigidas a la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
En resumen, el Gobierno argentino y el FMI se encuentran en una carrera contrarreloj para cerrar un nuevo acuerdo antes de las reuniones de primavera. Sin embargo, la definición de la política cambiaria y los riesgos económicos pendientes representan importantes desafíos que deberán resolver en las próximas semanas.