Guadalupe Martínez Uría (51) fue una de las actrices más icónicas de la televisión argentina de los años 80 y 90. Con su cabello platinado y su belleza angelical, se convirtió en un modelo a seguir para toda una generación. Debutando a los 11 años en la serie ‘Pelito’, Guadalupe pronto se abrió paso en éxitos como ‘Clave de Sol’ y ‘¡Grande, Pá!’, donde interpretó a la inseparable amiga de Josefina, la mayor de las “chancles”.
Pero Guadalupe no se conformó con solo ser una estrella de la pantalla chica. También incursionó en el cine, actuando en películas como ‘Caballos Salvajes’. Sin embargo, en 1995 decidió alejarse de los reflectores para priorizar su vida familiar, casándose con Diego Bidner y formando una familia con tres hijos: Kala, Ona y Máximo.
Hoy, Guadalupe ha vuelto a estar presente en la industria, pero desde un nuevo rol: el de manager y productora de su hija Kala Bidner (20), quien sigue sus pasos en el ámbito musical. “Lo primero fue que vi en ella un talento único y una pasión que no se puede forzar. Como madre, siempre supe que tenía algo especial, pero cuando empezó a tomárselo en serio y vi su compromiso, entendí que era su camino”, cuenta Guadalupe.
Según la actriz, Kala tiene algo que no se aprende: “carisma y autenticidad. Su voz tiene una sensibilidad que transmite mucho y, además, es una artista completa, que no solo compone y canta sus canciones sino que interpreta cada canción con el alma”.
Mirando hacia atrás, Guadalupe reconoce que su etapa como actriz juvenil fue “una etapa maravillosa y definitivamente marcó” su vida. “A veces la gente cree que cuando dejás de estar en la televisión, esa parte de tu historia se borra, pero en realidad siempre sigue ahí, en los recuerdos, en la gente que te sigue saludando con cariño”, reflexiona.
Ahora, con la experiencia adquirida, Guadalupe aconseja a su versión adolescente que “disfrute más y se preocupe menos. Que no se tome tan en serio los comentarios ajenos y que confíe más en su instinto. Que está bien equivocarse y que no tema hacer el ridículo”.
Mientras tanto, Guadalupe se enfoca en acompañar a Kala en su camino musical, apoyándola con su experiencia y sabiduría. Una historia de talento, perseverancia y reinvención que demuestra que las estrellas juveniles pueden brillar de formas inesperadas.