El automovilismo es un deporte que a menudo se transmite de generación en generación, donde el talento y la velocidad parecen correr por las venas de las familias. Sin embargo, la historia de Leonel y Tiago Pernía tiene un matiz especial, pues no solo comparten el apellido y la pasión por la competencia, sino que también se enfrentan directamente como rivales en la pista.
Leonel Pernía, de 49 años, es una leyenda viviente del automovilismo argentino. Después de una incursión inicial en el fútbol, siguiendo los pasos de su padre, el ex jugador de Boca Juniors, Vicente Pernía, Leonel sucumbió a los encantos de la velocidad y se convirtió en uno de los pilotos más exitosos del país, con campeonatos en el Turismo Nacional y el TC2000.
Mientras su padre acumulaba experiencia y victorias, Tiago Pernía, de 21 años, creció con el rugido de los motores como banda sonora de su infancia. A los 7 años, Leonel le regaló su primer karting, iniciando un camino que lo llevaría al TC2000 y al TCR South America, donde hoy comparten equipo como parte del Honda YPF Racing.
Una Rivalidad Única en el Deporte Motor
La relación entre Leonel y Tiago Pernía es una de las más singulares en la historia del automovilismo. Ambos se enfrentan como rivales directos en la pista, pero su vínculo va más allá de la competencia.
“Es una locura, ya estoy podrido de que me gane”, dice Tiago entre risas, pero en su voz se nota el respeto y el desafío de superar a su padre sin dejar atrás la admiración.
Leonel, por su parte, confiesa que ver a su hijo en la pista le genera sensaciones encontradas. “Recuerdo su debut en la Fórmula Metropolitana, lo dejé en la grilla y sentí que estaba dejando a mi hijo en una guerra. Me costó soltar, me costó entender que él estaba listo para esto”.
Empujándose Mutuamente a la Excelencia
Lejos de ser una simple anécdota familiar, la historia de los Pernía es la demostración de que el automovilismo puede ser un vínculo tan fuerte como la sangre misma. En cada carrera, Leonel y Tiago no solo compiten contra otros pilotos, sino que también se desafían entre ellos, elevando el nivel de ambos.
Mariano Pernía, hermano de Leonel y tío de Tiago, observa la situación con orgullo. “Leo hace años que se viene preparando para que Tiago lo jubile. Pero lo hermoso es que lo hace con orgullo. Es el único que se alegra cuando lo superan. Él siempre dice que quiere que Tiago lo alcance por mérito propio, no porque él baje el rendimiento. Eso los empuja a ambos a mejorar”.
Mientras los Pernía continúen compartiendo la pista, seremos testigos de una historia única en el deporte motor, donde un padre y un hijo no solo comparten la pasión por las carreras, sino que también se exigen y se empujan mutuamente a ser mejores pilotos.