Más allá de la mirada pasiva: Explorando las dimensiones activas de la percepción

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Tradicionalmente, se ha visto la contemplación como una actividad pasiva, donde simplemente observamos el mundo sin intervenir. Sin embargo, filósofos como Jacques Rancière han cuestionado esta noción, argumentando que mirar puede ser también una forma de hacer. Lejos de ser una mera inacción, la mirada es una herramienta poderosa que nos permite interactuar con la realidad de maneras profundas y significativas.

Nuestra percepción del mundo está fuertemente influenciada por la forma en que lo observamos. Cada mirada es un acto político, que revela nuestras propias perspectivas, sesgos y formas de entender la realidad. Al cuestionar la dicotomía entre mirar y hacer, Rancière nos invita a reconocer que la contemplación es en sí misma una forma de acción.

Más allá de la pasividad: La mirada como acto creativo

Incluso en los momentos de aparente inactividad, nuestra mirada está en constante movimiento, explorando, interpretando y dando sentido a lo que nos rodea. Tal como señala Walter Benjamin, la relación entre imagen y mirada no es inmaterial; nuestro cuerpo y nuestra posición física influyen en cómo percibimos el mundo.

Así como para ver el aleph de Borges se requiere adoptar una postura específica, la lectura también implica una actividad corporal y mental. Leer no es simplemente recibir pasivamente información, sino un hacer en sí mismo, donde nuestros ojos, nuestro cerebro y nuestro cuerpo se involucran en un proceso creativo de dar sentido al texto.

Materialidad y mediación: Cómo se construye la experiencia de lectura

Víctor Malumián, en su obra El destino de una caja, nos recuerda que los libros no son meros objetos espirituales, sino mercancías con una materialidad concreta. La forma en que se producen, distribuyen y comercializan los libros determina en gran medida las posibilidades de que los lectores puedan acceder a ellos y establecer un vínculo efectivo.

Más allá del libro impreso, las nuevas tecnologías de lectura también convocan una dimensión material, donde el cuerpo y la mirada siguen desempeñando un papel fundamental. Patricio Pron, en No, no pienses en un conejo blanco, analiza cómo la velocidad y los dispositivos que utilizamos para leer afectan nuestra experiencia de lectura, cuestionando la idea de que leer rápido es siempre mejor.

En resumen, la percepción del mundo y la experiencia de lectura van más allá de la mera observación pasiva. Son actos creativos y políticos que revelan nuestras formas de entender y relacionarnos con la realidad. Reconocer el poder de nuestra mirada nos permite aprovechar su potencial transformador y construir nuevas formas de comprender y dar sentido al mundo que nos rodea.

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