Cuando Macarena Rinaldi y Federico Hoppe dieron la bienvenida a su hija Amanda, decidieron crear un santuario de amor y belleza para ella. La habitación de Amanda se ha convertido en un reflejo de su cariño y estilo, cautivando a todos los que la han visto.
Luz y Armonía
Desde el prominente ventanal, la luz del día se filtra suavemente, iluminando las paredes en tonos delicados que abrazan el blanco y otros colores claros y suaves. El control de la iluminación es clave, con cortinas estratégicamente elegidas para ofrecer flexibilidad: una tela translúcida y etérea da la bienvenida al día, mientras que otra capa en tonos de hueso asegura un sueño tranquilo por la noche.
Detalles Encantadores
Cada elemento de la habitación cumple su función sin sacrificar la belleza. Desde los muros decorados con dibujos de criaturas del bosque en matices serenos hasta la calidez de una alfombra de yute gris desvaído en el centro, todo refleja un estilo minimalista con toques naturales que invitan a la relajación y la paz.
Un Refugio Personalizado
Más allá del diseño evidente, donde la cuna es la pieza protagonista, existe una dedicación al arte del detalle. Una cómoda suave, vestida con tonos pastel, y muñecos de crochet hechos a mano en gamas de rosa y blanco, dan a este espacio una personalidad única y llena de amor.
Un Universo de Cariño
Esta habitación no es solo un cuarto, sino un universo tejido con el dulce hilo de la esperanza y el cariño. Aquí, Amanda crecerá rodeada de símbolos de un amor sincero y sorpresivo en su simplicidad, convirtiéndose en un verdadero refugio para ella y su familia.