El peronismo se encuentra en una carrera contrarreloj para reordenar su acuerdo político en la provincia de Buenos Aires, con Cristina Fernández de Kirchner, Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner como principales actores. Tras una reunión el domingo, los líderes del movimiento buscan encontrar un equilibrio entre sus intereses y evitar una ruptura que podría beneficiar a Javier Milei y la oposición.
La clave de las negociaciones gira en torno a la suspensión de las PASO en la provincia, un proyecto impulsado por Kicillof que ya obtuvo el respaldo de la comisión de Asuntos Constitucionales de la Legislatura local. Sin embargo, el debate aún debe pasar por otras comisiones y el pleno de la Legislatura, lo que podría retrasar su aprobación.
Detrás de esta disputa se esconde una tensión más profunda entre Kicillof y Cristina Kirchner. El gobernador quiere que las elecciones provinciales se realicen en una fecha distinta a las nacionales, argumentando que la provincia debe discutir temas locales. Cristina, en cambio, prefiere que ambas elecciones se realicen el mismo día, para concentrar los esfuerzos en una confrontación con el modelo económico de Milei.
«Ve que Axel prepara el terreno para traicionarla»
, asegura un dirigente del conurbano que habla con los protagonistas. Cristina teme que, una vez aprobada la suspensión de las PASO, Kicillof fije la fecha de las elecciones provinciales de manera independiente, dejando a los candidatos nacionales del peronismo en una posición débil.
El Papel de Sergio Massa
En medio de esta interna, Sergio Massa juega un papel de mediador. Propone desdoblar las fechas, como quiere Kicillof, pero fijar la convocatoria a las elecciones locales después de las nacionales, una variante que no está en los planes de nadie. Sin embargo, la semana pasada, el Frente Renovador se plegó a la estrategia de La Cámpora, dejando sin quórum a los axelistas.
La buena sintonía entre Massa y Cristina se mantiene estable, y ambos parecen jugar en tándem para evitar que Kicillof avance unilateralmente con el desdoblamiento electoral. Pero los tiempos, tanto electorales como judiciales, apremian, y la incertidumbre sobre el futuro político de Cristina Kirchner agrega un elemento más de tensión a la negociación.
El Desafío de Javier Milei
En medio de esta disputa interna, el peronismo también debe hacer frente al desafío de Javier Milei y La Libertad Avanza, que podrían unirse al PRO en la provincia de Buenos Aires. Según las encuestas, el peronismo mantiene una intención de voto de alrededor del 40% en la provincia, lo que podría permitirle ganar los comicios nacionales. Pero la división interna y el posible desdoblamiento electoral podrían debilitar a los candidatos peronistas a diputados nacionales.
La Casa Rosada, consciente de este riesgo, ha estado llamando y presionando a diversos medios para dar visibilidad a Guillermo Moreno, con la esperanza de dividir el voto peronista. Sin embargo, por ahora, el movimiento se mantiene unido a pesar de las tensiones entre sus principales dirigentes.
En resumen, el peronismo se encuentra en una encrucijada en la provincia de Buenos Aires, donde debe resolver sus diferencias internas, hacer frente al desafío de Milei y la oposición, y al mismo tiempo, lidiar con la posible inhabilitación de Cristina Kirchner por parte de la Corte Suprema. El resultado de estas negociaciones tendrá un impacto decisivo en el futuro político de la provincia y del país.