Raphinha, el delantero brasileño del Barcelona, se convirtió en el centro de atención antes del partido entre Argentina y Brasil por las eliminatorias mundialistas. Antes del encuentro, el jugador había prometido una “paliza dentro y fuera de la cancha” a la Albiceleste. Sin embargo, la realidad fue muy distinta.
Mientras la multitud del Monumental, que superaba los 80 mil espectadores, cantaba y celebraba el contundente triunfo de 4-1 de Argentina, tres jugadores de la Scaloneta se encargaron de darle una lección a Raphinha por sus bravuconadas: Dibu Martínez, Cuti Romero y Leandro Paredes.
La Venganza de los Baluartes de la Selección
Aunque el técnico Lionel Scaloni no quería que hubiera venganzas, los tres jugadores clave de la Albiceleste no pudieron evitar ir a “cobrarle” a Raphinha por sus declaraciones. Mientras la hinchada gritaba consignas contra el delantero brasileño, Dibu, Cuti y Paredes se encargaron de darle una lección.
“Raphinha se iba de la cancha como quien sale de una fiambrería después de comprar 150 de cocido y 150 de queso mantecoso. Caminando como si nada. Hasta que desde el arco llegó Dibu Martínez a la carrera y no le dio la mano ni le deseó suerte para el futuro sino que prácticamente se lo llevó por delante como si fuera una locomotora (o un tren entero) sin freno ni deseo de pararse.”
Medio desestabilizado por el “choque” con Dibu, Raphinha no tuvo tiempo de recuperarse, ya que Cuti Romero y Leandro Paredes se encargaron de “certificar” que el brasileño se llevara un “recuerdito” de su visita al Monumental.
La Lección de Cuti y Paredes
Cuti Romero, conocido por su juego duro y agresivo, le aplicó una “manita” a Raphinha mientras pasaba a su lado, asegurándose de dejarle una marca. Por su parte, Paredes, más piadoso que sus compañeros, terminó de darle “una lección” al delantero brasileño, quien probablemente pensará dos, tres o cuatro veces antes de volver a hacer declaraciones tan confiadas.
La venganza de la Scaloneta no se hizo esperar, y Raphinha, que había prometido una paliza, terminó siendo el que recibió una lección de humildad en el Monumental.