Madre e Hija: Uniendo Mundos Artísticos a Través de la Pasión y el Aprendizaje

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Guadalupe Martínez Uría (51) y su hija Kala Bidner (20) han recorrido trayectorias artísticas distintas, pero unidas por una misma pasión: el arte. Mientras Guadalupe se destacó en la televisión juvenil de los 80s y 90s, Kala ha encontrado su voz en la música, lanzando recientemente su segundo EP, Trofeo.

En una charla sincera y llena de contrastes, madre e hija comparten sus experiencias, aprendizajes y desafíos, demostrando que el arte es el hilo conductor que las une, a pesar de los diferentes contextos en los que se han desarrollado.

Uniendo Mundos Artísticos

Mientras Guadalupe creció en los sets de televisión, Kala lo hizo en los estudios de grabación. Sin embargo, ambas reconocen la pasión y entrega que las caracteriza. Guadalupe asegura: “Veo la misma pasión, la misma entrega y esa necesidad de hacer arte todo el tiempo”.

Una de las principales diferencias que destacan es el contexto en el que se desenvuelven. Mientras Guadalupe tuvo que depender de las grandes estructuras de la televisión, Kala ha podido construir su carrera con mayor libertad gracias a las redes sociales. Guadalupe comenta: “Hoy, Kala tiene la posibilidad de construir su carrera con las redes, sin depender de grandes estructuras. Eso le da una libertad que mi generación no tenía”.

Consejos y Desafíos Generacionales

Kala destaca el mejor consejo que le ha dado su madre: “No te creas todo lo bueno ni todo lo malo que digan de vos”. Este consejo la ha ayudado a mantenerse enfocada en su carrera. Por otro lado, Kala ha desafiado la visión más reservada de su madre, abrazando la exposición pública a través de las redes sociales.

Si pudieran viajar en el tiempo, Guadalupe le diría a su yo de 20 años que “no tenga miedo de frenar un poco, de disfrutar más”, mientras que a la Kala de hoy le aconsejaría “que confíe en su instinto, que tiene un talento inmenso”.

Aprendizaje Mutuo y Anécdotas Divertidas

Trabajar juntas ha sido una experiencia enriquecedora para ambas. Kala comenta que aprendió a ver “lo bueno y lo malo de la industria con ojos más claros”, mientras que Guadalupe aprendió a “entender cómo funciona el mundo de la música hoy y a soltar un poco el control”.

Entre las anécdotas divertidas que recuerdan, destaca una situación en la que Kala iba a cantar en un show y, justo antes de salir al escenario, su vestido se rompió. Rápidamente, Guadalupe actuó con agilidad para disimular el percance y evitar que se notara.

Más allá de los roles profesionales, ambas disfrutan de su conexión maternal, aunque a veces terminen hablando de trabajo incluso en la mesa. Kala afirma: “En casa seguimos siendo madre e hija, aunque a veces terminamos hablando de laburo hasta en la mesa”.

La relación entre Guadalupe Martínez Uría y Kala Bidner es un ejemplo de cómo el arte puede unir a las generaciones, permitiendo el aprendizaje mutuo y la celebración de los sueños compartidos.

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