La serie Adolescense, estrenada recientemente en Netflix, plantea una pregunta fundamental: ¿Qué es ser un hombre? A través de una narrativa cautivadora y técnicamente magistral, la serie nos sumerge en la compleja trama de la masculinidad, explorando cómo los mandatos sociales, las expectativas y las dinámicas familiares moldean la identidad de género de los adolescentes.
Uno de los elementos clave de la serie es el uso del plano secuencia, que crea una sensación de inmersión y tensión creciente. Estos movimientos de cámara acrobáticos nos recuerdan a los laberintos y los videojuegos en primera persona, que han sido una base fundamental en la educación del carácter masculino. Desde Doom hasta GTA, estos juegos han servido como espacios de conexión en red y enfrentamiento virtual, reforzando una visión de la masculinidad basada en la violencia y la competencia.
La Fragilidad de la Masculinidad Hegemónica
La serie nos presenta a Eddie Miller, un padre común que se ve obligado a enfrentar la realidad de que su hijo, Jamie, ha cometido un femicidio. A medida que la trama se desarrolla, vemos cómo Eddie se va despojando de un mundo que le resultaba seguro y sostenido, enfrentándose a una sociedad que impone mandatos de masculinidad basados en la fuerza, la no vulnerabilidad y la idea de ser proveedor.
La serie nos muestra la fragilidad de Eddie en numerosas situaciones emotivas, evidenciando que la sociedad en la que viven estos varones es la misma que promueve la burla, el acoso y la demostración de poder a través de la violencia. Esos ataques de furia indican también que la sociedad en la que viven estos varones es la misma: la de la burla, el acoso como práctica sistemática y la demostración de poder por medio de la fuerza y la violencia.
La Brecha Generacional y la Manosfera
La serie también aborda la brecha generacional entre padres e hijos, representada en la relación entre Luke Baskombe, un policía, y su hijo adolescente. Cuando el hijo de Luke le muestra los códigos y significados de los emojis de Instagram, queda en evidencia un mundo paralelo con sus propios códigos y lógicas de masculinidad, como la “manosfera”, una red de sitios web y redes sociales que promueven la misoginia y la oposición al feminismo.
Esta brecha generacional y la exposición a estos espacios virtuales de radicalización de la masculinidad plantean preguntas sobre cómo acompañar y guiar a los adolescentes en un mundo donde la violencia y la intimidad se entremezclan de manera constante.
Repensando la Masculinidad
La serie no ofrece respuestas definitivas, pero sí evidencia los puntos de quiebre donde estas cuestiones se vuelven problemáticas. Invita a reflexionar sobre cómo construir, debatir y repensar modelos de masculinidad que no se basen en la adquisición de dinero, el culto al cuerpo y la objetualización de las mujeres.
En última instancia, Adolescense nos desafía a cuestionar los mandatos de la masculinidad hegemónica y a explorar formas de acompañamiento y cuidado que no han sido tradicionalmente asociadas a la identidad masculina. Es una invitación a repensar la masculinidad en un mundo en constante transformación.