La miniserie policial de Netflix, Adolescencia, ha generado un intenso debate al abordar las problemáticas de las nuevas generaciones y sus posibles consecuencias. Uno de los elementos clave que se presenta en la serie es el término “incel”, que abrevia la expresión en inglés “Celibato involuntario”. Según el psicólogo Mauricio Strugo, aunque este término no se utilice popularmente en Argentina, las ideas que conllevan sí se pueden ver reflejadas en determinados grupos de varones.
Strugo explica que quienes se identifican como “incels” dicen sentirse incapaces de entablar relaciones con mujeres, tanto románticas como sexuales, a pesar de desearlo. Esta supuesta incapacidad genera una frustración que, en algunos casos, se traduce en un movimiento en contra de las reivindicaciones conseguidas por el feminismo. “Es un movimiento en contra de las reivindicaciones conseguidas por el feminismo, cuyo mayor logro ha sido que las mujeres sean libres y puedan elegir y no tengan que someterse a los mandatos tradicionales.”
La “Rabia Masculina” y sus Consecuencias
La serie también aborda la “Male Rage” (en español “rabia masculina”) como una posible reacción desencadenada por la frustración y el sentir una “incapacidad” para vincularse con mujeres. Esto, de la mano de pensamientos de comunidades “incel” como la misoginia y el desprecio hacia las mujeres, puede tener como resultados casos reales de femicidio, como los que dieron lugar a la producción de Netflix.
Según Strugo, si bien no necesariamente esto desembocará en ser parte de un movimiento como el de los “incels”, es más común de lo que se admite escuchar adjetivos calificativos sobre cómo son o están las mujeres hoy, como una proyección que en grupo todos los pares se ríen, pero que en el fondo esconde una tremenda sensación de impotencia al percibir que no pueden conseguir una pareja.
La Importancia de la Terapia y la Introspección
El psicólogo Strugo resalta la importancia de llevar estas problemáticas a consultas profesionales, ya que a través de un proceso terapéutico los jóvenes pueden entender qué es lo que genera esas reacciones y empezar a trabajar en cómo hacer para poder abrirse, tolerando la frustración. “Con un poco de proceso terapéutico van entendiendo qué es lo que genera esas reacciones y empiezan a trabajar en cómo hacer para poder abrirse tolerando la frustración, porque el no ser elegidos por alguna persona no necesariamente significa que todos los van a rechazar o que nadie los va a elegir.”
En lugar de movimientos de “odiadores”, Strugo propone la creación de espacios donde los hombres puedan aprender recursos para explorar su sensibilidad sin perder lo que esencialmente los hace hombres con sus particularidades. La clave está en estar dispuestos a revisarnos a nosotros mismos y cambiar lo que pueda estar produciendo rechazo.