Después de años de disputas y cruces públicos, finalmente se ha revelado un documento que arroja luz sobre la compleja relación entre Luciana Salazar y Martín Redrado en torno a la paternidad de la hija de la modelo, Matilda. Según la periodista Débora D’Amato, este documento firmado por ambas partes expone que tanto Salazar como Redrado estaban dispuestos a “ser padres” a través de un procedimiento de gestación subrogada.
El Documento Revelador
El documento en cuestión, proveniente de la clínica donde Salazar y Redrado iniciaron el proceso, detalla que Luciana Salazar era una mujer que no había tenido embarazos ni abortos previos, pero que había experimentado dificultades para concebir a pesar de mantener relaciones sexuales sin protección. Según el documento, la pareja decidió proceder con la gestación subrogada debido a un diagnóstico previo de trombofilia severa en Salazar, que le dificultaba llevar a término un embarazo.
Además, el documento revela que Salazar había tenido tres “embarazos químicos” en los años anteriores, es decir, tres pérdidas tempranas de embarazo. Esto evidencia que la pareja estaba comprometida con el proceso de tener un hijo, a pesar de los desafíos que enfrentaban.
La Participación de Ana Rosenfeld
Uno de los detalles relevantes es la participación de la abogada Ana Rosenfeld, quien se encargó de llevar adelante este documento y el proceso legal entre Salazar y Redrado. Rosenfeld, reconocida por su trabajo en casos de alto perfil, jugó un papel clave en la formalización de los acuerdos entre las partes involucradas.
Más Allá de las Disputas Públicas
Esta revelación del documento firmado por Salazar y Redrado pone en perspectiva las constantes disputas públicas que han protagonizado a lo largo de los años. Más allá de los escándalos y los cruces mediáticos, queda claro que en algún momento ambos estuvieron de acuerdo en emprender juntos el camino de la paternidad, aunque posteriormente sus caminos se separaron.
La divulgación de este documento representa un hito en la compleja historia entre Luciana Salazar y Martín Redrado, y abre nuevas interrogantes sobre los detalles y acuerdos que rigieron su relación en torno a la maternidad de Salazar y la paternidad de Matilda.
