Guillermo López, más conocido como el Pelado López, es uno de los conductores más reconocidos de la televisión argentina. Sin embargo, la fama no ha sido un camino fácil para él, ya que desde que comenzó su carrera en la pantalla chica, ha tenido que lidiar con una situación peculiar: la pérdida de su propio nombre.
En una entrevista reciente, el Pelado López reveló que hace aproximadamente 20 años que la gente ha olvidado que su nombre real es Guillermo. Ahora, la mayoría de las personas lo conocen únicamente por su apodo, el cual se ha convertido en su identidad pública.
Según el propio López, esta situación le ha generado ciertos inconvenientes. En una ocasión, durante una entrevista, los periodistas lo confundieron con el también reconocido periodista deportivo Gustavo López. “Me podés decir Guille, porque algunos me dicen Guille. Aunque la mayoría de la gente me dice Pela porque a mi nombre lo perdí hace un tiempo. Hace como 20 años lo perdí”
, explicó el conductor.
El Precio de la Fama: Cuando el Apodo Supera al Nombre
La pérdida de su nombre real no ha sido la única consecuencia que ha enfrentado el Pelado López debido a su creciente popularidad. En una reveladora entrevista, su expareja, la modelo Jujuy Jiménez, compartió una anécdota sorprendente sobre su relación.
Jiménez confesó que durante un viaje a Aruba, llegó a pensar que López le propondría matrimonio, pues había ido “a hacer fotos de novia”. “Fue muy loco, porque yo le pregunté al Universo, nos veníamos peleando, pero dije ‘si es la persona con la que me tengo que casar, con la que tengo que armar mi vida, en este viaje en Aruba va a pasar. Me lo va a proponer’.”
Sin embargo, al final del viaje, Jiménez decidió separarse de López, entendiendo que esa no era la relación que ella buscaba. La fama y las expectativas que genera pueden ser una carga pesada para aquellos que alcanzan el estrellato.
Adaptándose a la Pérdida de Identidad
A pesar de estos desafíos, el Pelado López ha aprendido a aceptar y adaptarse a su nueva realidad. Aunque extraña su nombre original, ha abrazado su apodo como parte de su identidad pública. “Es muy probable que le dijera que sí si me lo proponía. Porque yo en ese viaje, si me proponían casamiento, me casaba. Pero después entendí todo. Dije ‘gracias, Universo. De acá me tengo que ir’. Terminó el viaje y me separé”
, reflexionó Jiménez sobre su relación con el conductor.
La historia del Pelado López es un recordatorio de que la fama puede tener un precio, y que incluso los más reconocidos deben aprender a navegar por los desafíos que conlleva el éxito. Su capacidad para adaptarse y aceptar su nueva identidad pública es una lección valiosa para todos aquellos que aspiran a alcanzar el estrellato.
