Lejos de su natal Argentina, pero con el corazón lleno de emoción, Evangelina Anderson y Martín Demichelis vivieron un momento inolvidable al acompañar a su hija Lola, de 12 años, en una competencia de equitación en Monterrey, México. Radicados en el país azteca desde agosto del año pasado, la familia se ha adaptado con entusiasmo a su nueva vida, y esta experiencia ecuestre fue una clara muestra de ello.
Desde las gradas, con los nervios a flor de piel, la modelo y el exentrenador de River Plate vieron cómo su pequeña brillaba sobre la pista, montada en su fiel caballo, Chocolate. Con elegancia, seguridad y una sorprendente madurez para su edad, Lola enfrentó el circuito con una destreza que dejó boquiabiertos a jueces y espectadores.
El resultado no tardó en llegar: Lola recibió un reconocimiento especial por su destacada actuación, y fue allí donde Evangelina no pudo contener su orgullo. “¡Grande mi Lolucha!“, escribió emocionada en una historia de Instagram, donde también mostró el premio que su hija sostenía con una sonrisa tímida, pero llena de satisfacción.
Pero el día también estuvo lleno de otros momentos especiales. En otra publicación, Evangelina compartió una tierna postal familiar en la que aparece junto a un grupo de amigos, su hija aún con la medalla colgando del cuello y Martín, con la mirada orgullosa de un padre que sabe que su hija está comenzando a escribir su propia historia.
Y como si el destino hubiera querido regalarles un guiño al alma, en medio del evento comenzó a sonar una canción que tocó una fibra muy especial en la actriz. Por los altavoces del club se escuchó a todo volumen una de las canciones más emblemáticas de Soda Stereo. “Amo que pongan Soda a todo lo que da“, escribió la modelo, reflejando ese lazo invisible pero fuerte que la sigue uniendo con su tierra natal, incluso a más de 7.000 kilómetros de distancia.
Así, entre emociones compartidas, trofeos ganados y melodías del recuerdo, la familia Demichelis-Anderson celebró no solo un logro deportivo, sino una experiencia que reafirma sus raíces y fortalece sus lazos más profundos. Porque al final del día, no hay nada más valioso que estar juntos, acompañándose en cada paso del camino.