Miguel Ángel Solá, uno de los actores más destacados de Argentina, se encuentra atravesando un momento personal difícil. Conocido por su exitosa trayectoria en el teatro, la televisión y el cine, Solá ahora enfrenta una lucha interna tras alejarse de una de sus tres hijas, Cayetana.
A pesar de su fama y reconocimiento, el actor ha revelado que su relación con Cayetana, de 23 años, se ha deteriorado. En una entrevista sincera, Solá expresó su dolor y confusión ante la decisión de su hija de alejarse de él, sin aparente razón.
“La del medio decidió vivir sin mí. No sé qué le pasó, pero en un momento dado, sin saber yo por qué -porque no tengo un solo por qué- decidió apartarse. Apartada de mí.”
Una Familia Dividida
Solá es padre de tres hijos: María, de 27 años, y Cayetana, de 23, fruto de su relación con Blanca Oteyza; y Adriana, de 11 años, hija que tuvo con su expareja Paula Cancio. Mientras que su vínculo con María y Adriana parece ser sólido, la ruptura con Cayetana lo ha afectado profundamente.
El actor destacó que, a pesar de las diferencias con la madre de Cayetana, se alegra de que su hija cuente con el apoyo y el cariño de Blanca Oteyza. “Por suerte está cercana a su mamá. Y digo ‘por suerte’ porque hay una columna que puede sostenerla. Y aunque yo no me lleve bien con su mamá, por lo menos sé que ella está rodeada de un lugar de cariño.”
La Búsqueda del Perdón
Aunque Solá no conoce los motivos detrás de la decisión de Cayetana, se mantiene abierto a la posibilidad de reconciliación. Reconoce el dolor que le causa esta situación, pero respeta la elección de su hija y espera que en algún momento puedan reconstruir su vínculo.
Esta historia refleja la complejidad de las relaciones familiares, incluso para aquellos que han alcanzado el éxito en sus carreras. Solá, a pesar de su brillante trayectoria artística, se enfrenta a un desafío personal que lo ha llevado a replantearse sus prioridades y a buscar formas de cerrar esta brecha con su hija.
A medida que Solá continúa su viaje personal, su historia sirve como un recordatorio de que el éxito profesional no siempre se traduce en una vida familiar plena. Quizás, con el tiempo y la comprensión mutua, él y Cayetana puedan encontrar el camino hacia la reconciliación y la sanación.