Axel Kicillof, el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, tiene ambiciones presidenciales para 2027 y cree que para lograrlo necesita emanciparse de su mentora política, Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, Cristina no está dispuesta a ceder su capital político a un dirigente que ha decidido desoírla y hará todo lo posible para conservar su ascendencia sobre el peronismo bonaerense y, posteriormente, a nivel nacional.
La decisión de Kicillof de desdoblar las elecciones provinciales ha sido el detonante de esta disputa. Los bonaerenses votarán en tres ocasiones: en las PASO locales del 13 de julio, en las elecciones generales para cargos provinciales del 7 de septiembre, y en las de diputados nacionales el 26 de octubre. Esta maniobra ha generado una fuerte reacción por parte del cristinismo, que ahora exige una distribución más equitativa de las listas electorales: 25% para Axel, 25% para Sergio Massa, 25% para Cristina y 25% para La Cámpora.
Por su parte, Kicillof ha redoblado la apuesta y ahora pide el 50% de los lugares en las listas, convencido de que su camino hacia la emancipación política es la clave para su futuro. “Está convencido de que su negocio es emanciparse”, lamentó uno de los dirigentes que conversó con él.
Las reglas electorales, un factor clave
Sin embargo, las ínfulas de ruptura de ambos bandos podrían chocar con la realidad del sistema electoral de la provincia de Buenos Aires, que es considerado muy restrictivo. Según el análisis de Sebastián Galmarini, dirigente cercano a Sergio Massa, la división de votos podría beneficiar al presidente Javier Milei.
“Creo que todos somos conscientes de que el sistema electoral en la provincia de Buenos Aires es muy restrictivo. Por ejemplo, la quinta sección electoral elige cinco senadores y el piso (para entrar al reparto de las bancas) es del 20% de los votos. Si nosotros fuéramos en tres listas divididas y sacamos 15 puntos cada uno le estamos regalando los cinco senadores a Milei. Nadie que quiera enfrentar a Milei va a dejar que eso pase.”
Galmarini advierte que, en la tercera sección electoral, que abarca a casi cinco millones de electores, el piso para acceder al reparto de bancas es del 5%, lo que incentiva la posibilidad de listas separadas. Sin embargo, en la primera sección electoral, en el norte del conurbano, la disputa se centraría en un cuarto senador, lo que podría generar una mayor unidad.
La batalla por el sur del conurbano
La discusión central se perfila en la tercera sección electoral, que abarca a casi cinco millones de electores y 19 municipios del sur del conurbano, entre ellos los dos más poblados: Lomas y La Matanza. Además de otros municipios sensibles para el peronismo como Avellaneda, Ezeiza, Varela, Lanús y Quilmes.
En esta sección, la disputa por los 18 escaños de la Cámara de Diputados en juego será clave, y es muy probable que haya listas separadas debido a las reglas electorales y las enemistades personales.
¿Quién saldrá victorioso de esta batalla por el control del peronismo bonaerense? La respuesta dependerá de la capacidad de Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner para llegar a un entendimiento, o si la ruptura se profundiza aún más, lo que podría beneficiar a terceras fuerzas como la de Javier Milei.