En un giro inesperado de los acontecimientos, el hermano de la reconocida periodista deportiva Rocío Oliva, Gastón Sebastián Oliva, ha sido detenido bajo la acusación de formar parte de una banda dedicada al robo de jubilados que viven solos. Esta noticia ha sacudido a la opinión pública, revelando una historia de crimen y consecuencias que va más allá de los titulares.
Según los informes policiales, Gastón Oliva no es un delincuente novel. De hecho, cuenta con un historial criminal que se remonta a varios años atrás. En 2004 y 2018, fue detenido por robos agravados, y en 2024 por hurto agravado de vehículo. Pero su modus operandi parece haber evolucionado, convirtiéndose en un miembro activo de una banda que se dedicaba a asaltar a adultos mayores indefensos.
El último incidente ocurrió el 24 de febrero en la localidad de Paso del Rey, en Moreno. Tres hombres, incluido Gastón, irrumpieron en una vivienda, atacaron brutalmente a un jubilado y le robaron sus pertenencias, entre ellas un vehículo Volkswagen Polo, un televisor LED, dinero en efectivo, un instrumento musical y un teléfono celular.
Una Reacción Contundente de Rocío Oliva
Ante la detención de su hermano, la periodista deportiva Rocío Oliva rompió su silencio y dejó en claro que no tiene ningún tipo de relación con él desde hace mucho tiempo. En una entrevista con TN, Rocío expresó: No tengo relación hace muchísimos años con él, es mi hermano por parte de papá, quien murió, pero no hay forma de que tengamos vínculo.
Además, descartó rotundamente la posibilidad de ayudarlo mientras está tras las rejas, afirmando: No intentó contactarse conmigo, pero no le daría una mano. Yo no mantengo relación, tenemos vidas distintas y lo único que me une a él es el apellido. Tampoco tengo interés.
Un Historial Delictivo Preocupante
Según los detalles proporcionados por el periodista Martín Candalaft, el hermano de Rocío Oliva ya había sido detenido en el pasado por otros delitos similares. En 2023, Gastón Oliva y su banda irrumpieron en la casa de otro jubilado en General Rodríguez y le robaron. Cuando la policía fue a detenerlo, Gastón intentó engañarlos haciéndose pasar por el hijo de la pareja, pero finalmente fue arrestado y condenado a cuatro años de prisión en un juicio abreviado.
Tras cumplir su condena, Gastón Oliva volvió a las andadas, presentándose disfrazado como un empleado de una empresa de gas para engañar a otro jubilado y robarle. En esta ocasión, la hija de la víctima llamó a la policía, lo que permitió su detención.
La historia de Gastón Oliva es una triste muestra de cómo la delincuencia puede arraigarse en algunas familias, dejando una estela de dolor y consecuencias para las víctimas y sus seres queridos. Mientras su hermana Rocío Oliva se mantiene firme en su decisión de no brindarle ayuda, la justicia deberá encargarse de procesar y sancionar a este individuo por sus actos criminales.