Inés Estévez, reconocida actriz y directora, se encuentra en un momento clave de su carrera y su vida personal. Mientras se prepara para subir al escenario del mítico Teatro Maipo con la obra El hombre inesperado, que protagoniza y dirige junto a Germán Palacios, también está trabajando en un proyecto que podría ser su “gran legado” para el futuro.
A pesar de los desafíos que enfrenta, Estévez mantiene su enfoque en la actuación, una de sus grandes pasiones. “Es una propuesta totalmente diferente y novedosa que está hecha con la cercanía que el público necesita y con la exquisitez que el texto requiere“, adelanta sobre la obra.
Desafíos y Oportunidades en el Teatro
Estévez y Palacios decidieron asumir el doble rol de actores y directores en este proyecto, una decisión que les ha permitido tener un mayor control sobre la visión y el enfoque de la obra. “Tenemos grandes coincidencias“, comenta Estévez sobre el proceso de colaboración.
En un momento en el que la industria de la televisión enfrenta cambios, Estévez reconoce que los actores deben adaptarse a los nuevos formatos. “Las ficciones en la televisión se terminaron. Ahora hay un nuevo formato. Es como la música que paso del disco al CD y del CD a las plataformas. Estamos viendo, como actores, cómo nos acomodamos a eso“, explica.
El Teatro como Refugio y Expresión
Para Estévez, el teatro representa mucho más que una simple actuación. “Trabajar es un cable a tierra porque me hace salir de la realidad cotidiana“, afirma. Considera que el teatro es un espacio de abstracción, diversión y expresión creativa, especialmente en momentos de dificultad económica y social.
“Cada vez que hubo una crisis importante en Argentina, el teatro tuvo un rebrote: en la crisis de 2001 estallaron las salas independientes y se superpobló de obras de este tipo. Ahora, al no existir más la ficción, hay una corriente de movimiento teatral permanente.”
El Legado para sus Hijas
Más allá de su carrera artística, Estévez se encuentra enfocada en un proyecto que podría ser su “gran legado” para el futuro: la creación de un lugar donde sus hijas, Vida y Cielo, puedan vivir, ser cuidadas y protegidas cuando ella ya no esté.
Estévez, quien adoptó a sus hijas junto a su pareja Fabián Vena, expresa su preocupación por el futuro de los jóvenes con discapacidad. “Hay unos cuantos hogares en Argentina, y todos fueron iniciados por madres. Es necesario conocer los modelos y ver qué cosas podemos imitar, porque se necesitan espacios dirigidos a las necesidades de cada persona. Si los padres se mueren, ¿quién los sostiene económicamente?“, se cuestiona.
Con determinación, Estévez y otras madres en su misma situación se han reunido para organizarse y buscar soluciones a esta problemática, que a menudo pasa desapercibida para el público en general.
Equilibrando Carrera y Maternidad
Estévez reconoce que compaginar su carrera artística con el cuidado de sus hijas no es una tarea sencilla, pero encuentra en el teatro un “cable a tierra” que le permite escapar de la realidad cotidiana. “No por la realidad en sí misma, sino por el sistema, que no está preparado para situaciones así“, explica.
A pesar de los desafíos, Estévez se siente afortunada y privilegiada por poder seguir desarrollando su pasión por la actuación y la dirección, mientras trabaja incansablemente para asegurar un futuro seguro para sus hijas.
En resumen, Inés Estévez se encuentra en un momento crucial de su carrera y su vida personal, equilibrando su compromiso con el teatro y su legado para sus hijas con discapacidad. Su determinación y su amor por el arte la impulsan a seguir adelante, dejando una huella imborrable en la industria y en la vida de sus seres queridos.