En medio del dolor y la tragedia que azotó a Bahía Blanca, la historia de Pilar Hecker se ha convertido en un símbolo de esperanza y resiliencia. Milagros Brisa García, la maestra de patín de Pilar, comparte un desgarrador pero inspirador testimonio sobre la joven patinadora que cautivó a todos con su alegría y determinación.
Pilar, una Alumna Excepcional
Milagros recuerda a Pilar como una alumna excepcional, que siempre asistía a sus clases con una sonrisa y una energía contagiosa. “Pilar era súper cariñosa y tímida a la vez. Cuando su mamá la anotó y fue a su primera clase, me sorprendió gratamente porque tenía una luz especial. Era hermosa persona, ayudaba a las nenas más pequeñas, decía las palabras justas, ni más ni menos. Nosotras la adorábamos en la escuela”, confiesa Milagros.
La pequeña de 5 años disfrutaba de compartir sus clases de patín con sus compañeras y su maestra. “Le encantaba hacer todos los circuitos, bailar, y hacer sus coreos favoritas. Hacíamos ‘Libre Soy’ de Frozen y le encantaba. Un día hicimos una actividad donde tenían que crear su propia coreo con algunos pasitos y patinarla y ella eligió la canción de Mickey Mouse. Su crecimiento fue muy grande y eso me llena de orgullo”, recuerda Milagros con cariño.
El Legado de Pilar
La partida de Pilar ha dejado una huella imborrable en el corazón de Milagros y sus compañeras. “La partida de Pilar me deja grandes enseñanzas, y es que los chicos tienen que aprender jugando, que tienen que aprender con una persona que los guíe y que los ayude de una manera buena y sana y positiva. Así saldrán niños positivos y buenos. Es muy importante que hayan profesoras y profesores que enseñen el patín artístico y tantos otros deportes con mucho amor, sin presionarlos. Mediante el juego podemos crear grandes deportistas y grandes personas que sí van a querer seguir sin frustraciones, sin enojos”, reflexiona Milagros.
Ahora, Milagros y sus alumnas honran la memoria de Pilar con un emotivo homenaje en la escuela de patín. “Cada vez que vean un arcoiris ahí estará ella, o cuando vean una mariposa. A partir de ahora todas las patinadoras representamos también a Pili. Me quedo con eso, con haberla hecho feliz en cuatro ruedas, como me dijo su mamá”, expresa Milagros con lágrimas en los ojos.
La historia de Pilar Hecker es un recordatorio de la importancia de cultivar la alegría, la empatía y el amor en la enseñanza de los más jóvenes. Su legado vivirá a través de las generaciones de patinadores que sigan sus pasos y lleven su espíritu consigo.