Javier Milei, el libertario más polémico de Argentina, se encuentra en una encrucijada. Junto a Luis Caputo, el exministro de Finanzas, han emprendido una aventura definitiva con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para intentar apagar la incertidumbre del mercado y frenar la aceleración de la inflación.
La llamada “fase 3” de su plan económico implica dejar flotar el dólar en una banda entre 1.000 y 1.400 pesos, una medida que ha generado gran expectativa y debate. Milei logró un rápido respaldo de organismos financieros internacionales como el FMI, el Banco Mundial y el BID, lo que algunos han denominado una “OTAN financiera” que respalda su estrategia.
Sin embargo, el panorama no es sencillo. El último dato de inflación, que alcanzó el 3,7% en marzo, destrozó todos los pronósticos y puso en jaque la principal carta del Gobierno: la desinflación. Además, la percepción pública sobre la baja de precios ha comenzado a deteriorarse, lo que podría afectar el apoyo a Milei y su equipo.
Dólar, Cepo y Metro Cuadrado
La flotación del dólar es una medida clave, pero su impacto en los precios y en el bolsillo de los argentinos es un gran interrogante. Según estudios, solo el 6% de los argentinos puede ahorrar lo suficiente para comprar dólares, mientras que la mayoría los ve como un termómetro de la economía.
Paradójicamente, el levantamiento del cepo cambiario no parece ser una prioridad para los ciudadanos, quienes se enfocan más en el valor del dólar y su efecto en la inflación. Mora Jozami, de CasaTres, señala que el 52% está de acuerdo con eliminar el cepo, pero el 42% dice que no lo afecta, ni bien ni mal.
El gran desafío será evitar que el dólar libre siga la tendencia de los financieros, lo que podría generar un impacto significativo en los precios y agravar aún más la dinámica inflacionaria.
La Caída de la Imagen del Gobierno
La crisis económica y la caída de la imagen del Gobierno han generado una novedad en el discurso de Javier Milei. En su última cadena nacional, el libertario adoptó un tono más ecuménico, convocando a una amplia unidad que incluye a radicales, peronistas y otros sectores, algo inusual en su retórica.
Este giro podría responder a la necesidad de ampliar su base de apoyo, ya que los sondeos muestran que La Libertad Avanza (LLA) no solo no le gana a Leandro Santoro, sino que está en duda que pueda vencer al PRO y quedar en segundo lugar en las próximas elecciones en Santa Fe.
Además, el escándalo por la criptomoneda $LIBRA ha puesto al Gobierno a la defensiva y aumentado su dependencia de socios legislativos, lo que ha derivado en una “guerra total” en el Congreso por el control de la comisión investigadora.
La Interna Peronista y el “Nuevo Setentismo”
Mientras tanto, la interna del peronismo no se detiene. Cristina Kirchner y Axel Kicillof siguen armándose para una disputa, con reuniones y movimientos estratégicos, a pesar de los mensajes públicos de unidad.
La expresidenta insiste con su teoría de que la elección importante es la primera del año y que, por lo tanto, debe ser candidata en las provinciales del 7 de septiembre. Esto la sacaría de la boleta de diputados nacionales, lo que representa un problema extra para el peronismo.
Cristina habla de una especie de “nuevo setentismo” que no tiene que ver con la ideología de los años ’70, sino con líderes como Lula Da Silva y Donald Trump, que a los 70 años siguen vigentes y dispuestos a emprender grandes aventuras.
En resumen, Milei y Caputo se han lanzado a una arriesgada maniobra con el FMI para intentar estabilizar la economía argentina, pero enfrentan una serie de desafíos, desde la aceleración inflacionaria hasta la compleja interna del peronismo. ¿Podrán resistir la tormenta y lograr los resultados esperados?