Gonzalo Montiel, reciente campeón del mundo con la selección argentina en Qatar 2022, se encuentra en el centro de un escándalo que involucra a su familia, cientos de miles de dólares y a un abogado con vínculos en el mundo del espectáculo: Nicolás Payarola, actual representante legal de Wanda Nara.
Todo comenzó cuando la familia Montiel decidió invertir el dinero que Gonzalo ganó en el Mundial en un proyecto inmobiliario en Ezeiza. La idea era construir un complejo donde pudieran vivir juntos los más cercanos al futbolista: su padre, hermanos, hermana Jacqueline y cuñado Ebrahim. Para ello, confiaron plenamente en Payarola, el mismo abogado que había representado a Montiel en una causa judicial anterior. Grave error.
Según la denuncia penal presentada, Payarola se ofreció a encargarse de todo el proceso: formar la sociedad, buscar el terreno, manejar los fondos y avanzar con la compra. El primer pago fue de 47 mil dólares, pero luego se fueron sumando transferencias que alcanzaron una suma escalofriante. A lo largo de meses, el abogado prometía avances con mensajes diciendo que estaba “firmando la promesa de compra” y hablaba de inversiones en el dólar MEP para justificar la falta de rendición de cuentas.
Sin embargo, el terreno nunca se compró. Y el dinero simplemente desapareció. Ebrahim, el cuñado de Montiel, empezó a sospechar cuando notó que el lote seguía publicado a la venta. Siendo ex policía y estudiante de Derecho, decidió investigar por su cuenta y descubrió que no había ningún trámite real hecho a nombre de la familia Montiel. Tampoco había contratos firmados, ni señales de que el dinero estuviera siendo utilizado para algo concreto.
Cuando la familia quiso confrontar a Payarola, el abogado empezó a esquivar las preguntas y luego cortó el contacto. Ahí ya no quedaron dudas: habían sido víctimas de una estafa. La denuncia presentada detalla todo: los montos transferidos, los audios, las capturas de chats y las promesas incumplidas.
Además, aseguran que Payarola se infiltró emocionalmente en su entorno, participaba de los asados, los cumpleaños y generó un nivel de confianza tan alto que lograba operar sin que nadie lo cuestionara. Lo pintaban como un amigo de la familia, pero ahora creen que fue una fachada para manipularlos y quedarse con la plata.
El abogado, según los denunciantes, prometía invertir en el dólar MEP, algo que suena bien, pero no genera rentabilidad en dólares, y los mantenía entretenidos con excusas. “Era humo, humo y más humo”
, dijo una fuente cercana al caso. Todo mientras el terreno seguía disponible para quien quisiera comprarlo.
Payarola, por su parte, niega rotundamente las acusaciones y asegura tener pruebas para defenderse, pero hasta ahora no ha mostrado nada. Ni contratos, ni recibos, ni justificativos del uso del dinero. Y lo más preocupante: nunca explicó dónde están los más de 600 mil dólares que manejó.
Montiel, por ahora, guarda silencio. Pero sus allegados cuentan que está profundamente angustiado. No solo por el dinero perdido, sino por haber metido a su familia en esta situación. “Se siente responsable”
, dicen. Aunque él no firmó ningún contrato ni transfirió los fondos directamente, su cercanía con Payarola fue clave para que su familia confiara.
