En un giro inesperado de los acontecimientos, el Partido Liberal de Canadá, encabezado por Mark Carney, logró una victoria sorprendente en las elecciones generales de 2025, a pesar de los pronósticos que daban por descontada la victoria del candidato conservador, Pierre Poilievre. Esta victoria, que marcó la cuarta victoria electoral consecutiva del partido, ha sido calificada como un triunfo precario del establishment en un contexto político cada vez más polarizado.
Poilievre, un político de tendencia libertaria y conservadora, se perfilaba como el favorito en las encuestas, con una ventaja de 20 puntos sobre Trudeau a finales de 2024. Sin embargo, la intervención de Donald Trump y su influencia en la campaña electoral canadiense resultaron ser un factor clave en el giro de los acontecimientos.
La Estrategia del Partido Liberal
Ante el escenario adverso, el Partido Liberal, liderado por Mark Carney, un experimentado tecnócrata con amplia trayectoria en el sector financiero, adoptó una estrategia que le permitió ampliar su base electoral y contrarrestar el avance de Poilievre.
Carney, conocido por su enfoque pragmático y su experiencia en la gestión de crisis económicas, se presentó como una alternativa al liderazgo populista y confrontativo de Poilievre. Mientras este último proponía un programa centrado en la reducción de impuestos, la oposición a las regulaciones ambientales y una agenda migratoria restrictiva, Carney se posicionó como un defensor del comercio internacional, el capitalismo regulado y la igualdad social.
La Construcción de una Coalición Amplia
Uno de los elementos clave de la estrategia de Carney fue la construcción de una coalición amplia que incluyó no solo a la base tradicional del Partido Liberal, sino también a votantes del Nuevo Partido Democrático, los separatistas de Quebec y los Verdes. Esta estrategia le permitió capitalizar el rechazo a las políticas de Trump y Poilievre, y presentarse como una alternativa moderada y competente.
Además, Carney se desmarcó de algunas de las políticas más impopulares de Trudeau, como el impuesto a las emisiones de carbono, lo que le ayudó a atraer a un electorado más amplio y a diferenciarse de su predecesor.
La Resiliencia de la Derecha Canadiense
A pesar de la victoria del Partido Liberal, el resultado de las elecciones también reveló la fortaleza y resiliencia de la derecha canadiense. Poilievre obtuvo el mejor resultado para los conservadores desde 1988, superando incluso las previsiones de los sondeos a pie de urna.
Este fenómeno no es exclusivo de Canadá, sino que se ha observado en otras democracias occidentales, donde las fuerzas de derecha han logrado representar la insatisfacción democrática y mantener su posición, incluso frente a coaliciones moderadas y progresistas.
El Desafío de Carney: Ofrecer Soluciones Concretas
Ahora, el gran reto de Carney y el Partido Liberal será demostrar que desde la competencia y las instituciones pueden ofrecer soluciones efectivas a los problemas que preocupan a los canadienses, como la vivienda asequible, la seguridad laboral y la cohesión social. Deberán superar la polarización y presentar un horizonte de soluciones tangibles para las mayorías, a fin de evitar que el sistema sea percibido como incapaz de responder a los nuevos desafíos.
En resumen, la victoria del Partido Liberal en Canadá, liderado por Mark Carney, ha sido calificada como un triunfo precario del establishment en un contexto político cada vez más polarizado. La estrategia de Carney, basada en la construcción de una coalición amplia y la diferenciación de las políticas de Trudeau, le permitió superar el desafío de Poilievre y el impacto de la intervención de Trump. Sin embargo, el partido deberá demostrar su capacidad para ofrecer soluciones concretas a los problemas que preocupan a los canadienses, en un escenario donde la derecha ha demostrado una notable resiliencia.
