China se ha convertido en un actor económico clave en América Latina en las últimas décadas, con una creciente inversión extranjera directa (IED) en la región. Pero esta presencia va mucho más allá de los simples números, revelando una estrategia compleja y en constante evolución.
Gracias a un proyecto liderado por el Millennium Nucleus on the Impacts of China in Latin America and the Caribbean (ICLAC), en alianza con el Inter-American Dialogue y otras instituciones regionales, ahora tenemos una radiografía sin precedentes del despliegue económico chino en la región.
Destinos Clave y Sectores Emergentes
El Regional Repository of Chinese Investment in Latin America muestra que Brasil es, con diferencia, el principal destino de la IED china en la región, acaparando el 45% del total. Le siguen Argentina, Chile y Perú.
Pero la naturaleza de esta inversión también ha evolucionado. Mientras que antes predominaban las grandes adquisiciones en sectores extractivos como minería y energía, ahora vemos una mayor diversificación hacia áreas como infraestructura digital, agroindustria y manufactura, con proyectos de menor tamaño.
Actores Clave y Objetivos Estratégicos
Un hallazgo clave es el dominio de las empresas estatales chinas en este panorama, con tres gigantes –State Grid, China Three Gorges y Sinopec– explicando una gran parte de la inversión total.
Esto sugiere que los objetivos de China van más allá de la mera rentabilidad financiera, abarcando también consideraciones geopolíticas y estratégicas a nivel regional e incluso global.
Desafíos y Oportunidades
A pesar de la magnitud de la IED china, solo un tercio de los proyectos ha sido objeto de un análisis académico profundo, lo que limita nuestra capacidad de evaluación y comparación. Factores como la transición económica de China, la demanda por minerales críticos, el marco regulatorio de los países receptores y el contexto geopolítico (Estados Unidos-China) condicionarán la evolución futura de esta inversión.
El repositorio es una herramienta clave para entender no sólo cuánto y dónde invierte China, sino también cómo lo hace, qué tipo de actores participan y cuáles son sus objetivos estratégicos en la región.