La Paradoja de la Movilidad Global y los Muros Fronterizos
El siglo XXI se presentó como la era de la hiperconectividad, donde la geografía debía dejar paso a la red. Sin embargo, en paralelo, emerge otro fenómeno: el auge global de los muros fronterizos. Desde el fin de la Guerra Fría, el número de murallas y cercas en fronteras nacionales se ha multiplicado por seis, llegando a más de 63 según el Centre Delàs.
El Negocio Multimillonario de la Seguridad Fronteriza
Estas murallas no se levantan contra tanques enemigos, sino contra personas no deseadas: migrantes, desplazados y solicitantes de refugio. Las razones oficiales son previsibles: inmigración, terrorismo, contrabando y disputas territoriales. Pero la narrativa subyacente es más sociológica que militar: miedo al otro, populismo nacionalista y un negocio de la seguridad que factura miles de millones. Según Research and Markets, el mercado global de seguridad fronteriza alcanzará los $63.610 millones en 2029.
El ‘Complejo Industrial Fronterizo’: Una Realidad Presupuestaria
Al igual que el complejo militar-industrial, el ‘Complejo Industrial Fronterizo’ tiene su lobby, su discurso legitimador y su clientela estatal. Empresas como Elbit, Thales, Lockheed Martin y Raytheon venden desde muros hasta sistemas biométricos, drones y software de detección predictiva. Es una industria que prospera en la ansiedad y que se vuelve cada vez más difícil de desmontar, incluso si su eficacia es dudosa.
La Paradoja de un Mundo Interconectado pero no Solidario
La paradoja es clara: mientras los bienes, los datos y los capitales fluyen con relativa libertad, los cuerpos, especialmente los del sur, chocan con barreras cada vez más sofisticadas. Es un mundo global, pero no acogedor. Los muros se construyen para prevenir amenazas estadísticamente marginales, mientras se ignoran las causas estructurales de la inseguridad real: desigualdad, exclusión y colapso ecológico.
¿Funcionan los Muros?
La evidencia global aún es limitada, pero los muros alteran las dinámicas criminales, desestabilizan comunidades fronterizas y tienen implicancias notables para las relaciones comerciales regionales. En el actual contexto de auge de la geopolítica y del nacionalismo identitario, los muros son más una narrativa que una solución efectiva.
