Alejandro Dolina es mucho más que un simple artista. Es un poeta, un músico, un actor y un filósofo que ha dejado una marca indeleble en la cultura argentina. Nacido en el barrio de Caseros, este hombre de 81 años ha recorrido un camino de genialidad que lo ha llevado a escribir una ópera, cinco libros y una infinidad de radioteatros y comedias musicales.
Desde una temprana edad, Dolina demostró un talento excepcional. Aprendió a tocar el acordeón a los siete años y a los tres ya era un lector voraz. Su familia, llena de personajes excéntricos, lo expuso a un mundo de burla y cinismo que, lejos de dañarlo, lo forjó como el artista que es hoy.
Tras pasar por la publicidad y la radio, Dolina encontró su verdadera vocación en La venganza será terrible, el programa de radio más exitoso de la medianoche argentina. Allí, Dolina despliega todo su conocimiento, su improvisación y su talento para la actuación, combinando temas tan diversos como la mitología griega, la física cuántica y el fútbol.
Pero Dolina no es solo un genio de la radio. También es un escritor prolífico, cuya obra abarca desde novelas fallidas sobre brujas y demonios hasta reflexiones filosóficas sobre la condición humana. Su alter ego, Manuel Mandeb, y sus personajes como el ruso Saltzman y el poeta Jorge Allen, han acompañado a Dolina a lo largo de su carrera.
Más allá de su éxito, Dolina es un hombre íntegro y arisco que ha priorizado su cabeza y su cuerpo por sobre lo mundano. Sus hijos, Alejandro y Martín, han heredado su estilo de humor y su pasión por la música, la literatura y el fútbol. Juntos, han creado una dinámica familiar única, alejada de los reflectores de la fama.
A pesar de su reconocimiento, Dolina siente que aún no ha recibido el debido reconocimiento a su obra. Pero, como él mismo dice, “es mejor pensar que cualquier cambio en lo que fui provocaría algo peor”. Dolina sigue adelante, con su genialidad intacta, reclamando la eternidad para completar su propia leyenda.
