Cristina Kirchner se enfrenta a una alquimia difícil en las próximas elecciones: cómo polarizar con Javier Milei sin que una derrota en la provincia de Buenos Aires nacionalice un revés para el peronismo. La expresidenta tiene tres obsesiones clave para este proceso electoral: el despliegue de la maquinaria política y comunicacional libertaria, la nacionalización de la elección bonaerense y la defensa de los bastiones peronistas en el Senado.
El Arsenal Libertario de Milei
Cristina Kirchner advierte que el gobierno de Javier Milei está dispuesto a embestir con ferocidad contra sus críticos, tal como ocurrió con el caso de Ricardo Darín. Según la expresidenta, el peronismo parece desguarnecido ante la eficacia de la maquinaria política y comunicacional libertaria.
El jefe de campaña de Unión por la Patria en la Ciudad de Buenos Aires, Juan Manuel Olmos, relató cómo lidiaron contra este arsenal libertario, citando el episodio del video fake contra el PRO y la capacidad de los libertarios para cruzar con memes los discursos tradicionales, como el de Axel Kicillof sobre las inundaciones en Bahía Blanca.
La Nacionalización de la Elección Bonaerense
Cristina Kirchner sabe que polarizar con el presidente le da a la elección bonaerense una dimensión que excede los límites de la provincia, y que el resultado se nacionalizará. Esto representa un riesgo potencial, ya que una derrota en la provincia de Buenos Aires podría tener un efecto tóxico para las elecciones de diputados y senadores a nivel nacional.
La expresidenta se ha puesto a trabajar personalmente en el armado del relato de campaña, buscando acuerdos y definir ofertas atractivas en los ocho distritos donde se eligen senadores, que son el epicentro de la disputa electoral que se avecina.
La Defensa de los Bastiones Peronistas
Cristina Kirchner considera que perder violentamente la provincia de Buenos Aires sería una pésima señal para las elecciones nacionales de octubre. Por eso, se ha anotado como candidata en la Tercera, ya que es la única que puede garantizar una victoria en el conurbano sur, donde el territorio podría perderse si la principal candidatura es de otra figura.
Además, la expresidenta está obsesionada con defender los bastiones peronistas en el Senado, donde Milei se ha encontrado con límites hasta ahora. Teme que, si el libertario logra mayoría propia o con aliados en el Senado, pueda gobernar por decreto sin que nadie le frene.
La Batalla de Octubre
Cristina Kirchner enfrenta un dilema a la hora de pensar las listas de octubre: priorizar la pureza de los candidatos para evitar traiciones, o buscar figuras que amplíen el electorado más allá del peronismo o el kirchnerismo.
Mientras tanto, la tensión se centra en la convocatoria anticipada de las elecciones en la provincia de Buenos Aires. Desde La Plata insisten en que las elecciones concurrentes serían caóticas, y descartan que se pueda revisar el calendario electoral.
La batalla electoral de Cristina Kirchner es compleja y multifacética. Deberá polarizar con Milei sin que una eventual derrota en la provincia de Buenos Aires nacionalice un revés para el peronismo. Para ello, está diseñando estrategias clave en torno al arsenal libertario, la nacionalización de la elección y la defensa de los bastiones peronistas. El resultado de esta alquimia difícil marcará el rumbo político del país en los próximos años.