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miércoles, julio 23, 2025

Desentrañando el Bonte: La Compleja Vuelta de Argentina a los Mercados Financieros

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La reciente emisión del Bonte, un bono en pesos suscripto con dólares, ha sido anunciada por el gobierno como la tan anhelada “vuelta a los mercados” para Argentina. Sin embargo, un análisis más profundo revela que este instrumento refleja la compleja realidad económica del país y los obstáculos que aún debe superar para lograr un verdadero acceso a los mercados financieros internacionales.

Más allá de la Retórica: Entendiendo el Bonte

El Bonte es un título que vence en mayo de 2030 e incluye un mecanismo de “put”, que garantiza a los inversores un precio de recompra a los dos años. Este diseño, si bien hace la operación más atractiva, también implica un compromiso adicional para el gobierno a futuro.

Otro aspecto destacable es que, si bien el Bonte se denomina en pesos, solo pudo ser suscripto por inversores internacionales utilizando dólares. Esto significa que, en la práctica, el Estado argentino sigue emitiendo deuda en moneda extranjera, trasladando el riesgo cambiario a los inversores.

¿Vuelta a los Mercados? Aún Queda Camino por Recorrer

Aunque la emisión del Bonte se presenta como un hito en la “vuelta a los mercados”, la realidad es que Argentina aún dista de haber recuperado un acceso pleno y sostenible a los mercados financieros internacionales. El riesgo país de Argentina se ubica actualmente en torno a los 650 puntos básicos, lo que implica que el gobierno debe pagar una sobretasa de aproximadamente 6,5 puntos porcentuales más que Estados Unidos para endeudarse.

“Emitir o refinanciar deuda a esa tasa haría a la deuda pública argentina insostenible, y es la razón por la cual los analistas suelen considerar que, mientras que no baje el riesgo, Argentina no tendrá el acceso a los mercados que necesita.”

Para lograr una verdadera “vuelta a los mercados”, Argentina necesita consolidar su estabilidad macroeconómica, acumular reservas internacionales y mantener una disciplina fiscal y monetaria, tal como han logrado otros países de la región como Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay.

Desentrañando los Rendimientos del Bonte

Según los cálculos, el Bonte estaría rindiendo aproximadamente un 19% anual en dólares, considerando que el tipo de cambio se deprecie al mismo ritmo que la ampliación de las bandas cambiarias. Este rendimiento es significativamente más alto que el de otros instrumentos argentinos con plazos similares, como el GD30, que rinde alrededor del 10-11% anual en dólares.

Sin embargo, este alto rendimiento implica un riesgo importante, ya que el mercado estaría descontando que el tipo de cambio podría perforar el techo de la banda cambiaria en los próximos dos años. En un escenario de mayor depreciación del peso, la ganancia para los inversores no sería tan significativa.

El Desafío del Rollover de la Deuda

El problema de fondo sigue siendo el del rollover de la deuda en moneda dura, es decir, la capacidad del gobierno para refinanciar los vencimientos de deuda en dólares. Esto requiere no solo contar con los dólares necesarios, sino también generar la confianza de los inversores para que estén dispuestos a renovar sus tenencias.

Mientras el gobierno siga ofreciendo instrumentos “demasiado atractivos” para atraer demanda, como el Bonte, esto puede ser una señal de que algo aún no está resuelto en el acceso a los mercados. La falta de este acceso es preocupante, ya que limita la capacidad del gobierno para refinanciar los vencimientos de deuda en moneda extranjera.

En resumen, si bien la emisión del Bonte se presenta como un avance, la realidad es que Argentina aún tiene un largo camino por recorrer para lograr una verdadera y sostenible “vuelta a los mercados”. Recuperar el acceso y resolver el tema de la deuda, especialmente con el FMI, son cuestiones fundamentales para avanzar en la normalización de la economía argentina.

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