La reciente emisión del Bonte, un bono en pesos suscripto con dólares, ha sido anunciada por el gobierno como la tan anhelada “vuelta a los mercados” para Argentina. Sin embargo, un análisis más profundo revela que este instrumento refleja la compleja realidad económica del país y los obstáculos que aún debe superar para lograr un verdadero acceso a los mercados financieros internacionales.
Más allá de la Retórica: Entendiendo el Bonte
El Bonte es un título que vence en mayo de 2030 e incluye un mecanismo de “put”, que garantiza a los inversores el derecho de vender el bono a un precio predeterminado en un plazo de dos años. Este diseño, si bien hace la operación más atractiva para los inversores, también implica un compromiso adicional para el gobierno a futuro.
Otro aspecto destacable es que, si bien el Bonte se denomina en pesos, solo pudo ser suscripto por inversores internacionales utilizando dólares. Esto significa que, en la práctica, el Estado argentino sigue emitiendo deuda en moneda extranjera, lo que no se ajusta completamente a la idea de “vuelta a los mercados” en moneda local.
El Costo de la “Vuelta”: Tasas Elevadas y Riesgo País
Quizás el dato más revelador es la tasa de rendimiento del 31,7% anual que ofrece el Bonte. Esta cifra, considerablemente más alta que la de otros instrumentos argentinos con plazos similares, refleja el elevado riesgo país que aún perciben los inversores.
En efecto, el riesgo país de Argentina se ubica actualmente en torno a los 650 puntos básicos, lo que implica que el país debe pagar una sobretasa de aproximadamente 6,5 puntos porcentuales más que Estados Unidos para acceder a los mercados internacionales de deuda. Esto hace que el costo de endeudamiento sea insostenible a largo plazo.
Más allá de las Apariencias: La Verdadera Vuelta a los Mercados
Para que Argentina pueda considerarse realmente de vuelta a los mercados, el riesgo país debe ubicarse en niveles mucho más bajos, lo que permitiría acceder a financiamiento a tasas más razonables. Esto requiere consolidar la estabilidad macroeconómica, mantener la flexibilidad cambiaria, acumular reservas internacionales y preservar la disciplina fiscal y monetaria, tal como han logrado otros países de la región.
Mientras el gobierno siga ofreciendo instrumentos “demasiado atractivos” para tentar a los inversores, como el Bonte, esto será una señal de que aún falta para recuperar un verdadero acceso a los mercados financieros internacionales.
El Desafío del Rollover de la Deuda
Otro aspecto clave es la capacidad del gobierno para refinanciar los vencimientos de deuda en moneda extranjera. Esto no se trata solo de tener los dólares necesarios, sino también de que los inversores estén dispuestos a renovar esos títulos a tasas sostenibles.
Mientras el atractivo de la deuda en pesos se base en la convalidación de tasas elevadas, algo deberá cambiar en el futuro para lograr una verdadera normalización de la economía argentina y el acceso a los mercados.
En resumen, si bien la emisión del Bonte puede interpretarse como un paso en la dirección correcta, aún queda un largo camino por recorrer para que Argentina pueda considerarse realmente de vuelta a los mercados financieros internacionales.
IMPORTANTE!
Argentina vuelve a ganar acceso a los mercados internacionales, para refinanciar Capital de deuda en moneda local. Algo que la gran mayoría de los países hacen con normalidad, pero que para Argentina no era posible, dado el descalabro económico heredado.
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