La confirmación de la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner abre un escenario político complejo en Argentina, con múltiples variables en juego de cara a las elecciones provinciales y nacionales. En la provincia de Buenos Aires, el panorama parece claro: si el Gobierno no logra un salto significativo en el tipo de cambio y la oposición conforma un frente común, es probable que veamos la provincia pintada de violeta, con la excepción de los municipios donde esté la boleta de CFK.
Esta situación tiene varias implicaciones. Por un lado, Sergio Massa tenía razón al anticipar que La Libertad Avanza y el PRO irían unidos, lo que contradice una de las hipótesis sobre las que Axel Kicillof sostenía su desdoblamiento electoral. Por otro lado, si el peronismo gana será gracias a la diferencia que saque Cristina en la tercera sección, y si pierde, será con ella en pie, pero habiendo irradiado su figura a toda la provincia.
La Nacionalización de la Elección y el Futuro del Peronismo
Una pregunta que surge es por qué Cristina Fernández de Kirchner no compite en una sección más esquiva para el peronismo. Esto implica que la elección se va a nacionalizar sin dudarlo. ¿Hubiera pasado lo mismo si CFK no era candidata? Es una incógnita. En caso de derrota, Kicillof dirá que el peronismo perdió por la estrategia de nacionalización, mientras que Cristina argumentará que fue por el desdoblamiento. En caso de triunfo, probablemente los argumentos se inviertan.
Otra cuestión es qué harán los intendentes de los distritos donde CFK es candidata. Figuras como Fernando Espinoza, Federico Otermín y Jorge Ferraresi tienen diálogo con diferentes sectores, pero su proximidad a la expresidenta es evidente. ¿Cuánto pesarán los aparatos locales en esta elección? ¿Tiene sentido hacerse esa pregunta después del triunfo de Javier Milei?
Las Propuestas Económicas de Cristina Fernández de Kirchner
En su reaparición, Cristina Fernández de Kirchner planteó una agenda de propuestas que incluye la reinstauración de las PASO y la eliminación de las elecciones de medio término. Mientras que la primera propuesta no parece tener mucho apoyo, la segunda sí concita interés en diversos sectores, ya que la situación de campaña casi permanente genera fastidio y desincentiva medidas de mediano plazo.
En cuanto a su diagnóstico económico, la expresidenta insistió en la cuestión del bimonetarismo y la falta de dólares, pero su propuesta carece de densidad. Coincide con el mainstream en la crítica al dólar barato, pero omite que el cepo se instauró precisamente para sostener una apreciación insostenible del tipo de cambio en sus mandatos.
Por su parte, el presidente Alberto Fernández se pronunció desacoplado del principal problema de su gobierno: el déficit de cuenta corriente. Afirma que el equilibrio fiscal permitiría alcanzar un crecimiento per cápita de más del 4% a lo largo de más de una década, una afirmación que parece poco realista.
El Desafío de la Sostenibilidad Externa y la Distribución del Ingreso
El déficit de cuenta corriente significa que el país consume más de lo que produce domésticamente, financiando esa diferencia con ahorro externo. La sostenibilidad de este esquema depende de que los flujos de dólares se destinen a la capitalización y aumento de la productividad, y no al endeudamiento para financiar consumos.
Mientras tanto, la recuperación económica actual exhibe un panorama desigual, con los salarios reales registrados un 6% por debajo de noviembre de 2023, pero los medidos en dólares contra los paralelos con un aumento superior al 100%. Esto se traduce en un rebalanceo del consumo que beneficia a los sectores de mayor poder adquisitivo, con mayor gasto en bienes durables y viajes al exterior.
En resumen, la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner y sus propuestas económicas, así como los desafíos que enfrenta el gobierno en materia de sostenibilidad externa y distribución del ingreso, configuran un escenario complejo y lleno de incógnitas para el futuro político y económico de Argentina.
