I. La Diferencia como Aliado
Muchas veces nos encontramos luchando contra la diferencia, creyendo que lo “propio” y lo “igual” son la única forma de sentirnos seguros. Pero la verdad es que aprender a estar tranquilo con la diferencia puede ser un gran aliado, no solo para nuestra práctica profesional, sino para la vida en general.
Hoy en día, las pequeñas diferencias cotidianas ya no me inquietan ni me desvelan. La diferencia no me afecta en el alma ni en la piel. No me suscita hostilidad, ni ganas de combatirla. No me empuja a tutorear o corregir a nadie. Entiendo que no hay nada “propio” que no haya sido constituido con otros.
II. El Narcisismo de las Pequeñas Diferencias
Según Freud, a menudo odiamos y nos ponemos hostiles con aquellos que más se nos parecen, con los que están más cerca. Esas pequeñas diferencias se vuelven enormes bajo la lente del narcisismo, y nos llevan a querer diferenciar, expulsar y rechazar lo “extraño” para asegurarnos en nuestra individualidad.
Pero la verdad es que lo que genera miedo o zozobra no es la diferencia, sino la similitud. Nos cuesta separarnos de aquellos que más se nos parecen, y por eso tenemos que exagerar las diferencias para no confundirnos con el otro.
III. Lo Abyecto y lo Éxtimo
Julia Kristeva habla de lo abyecto: esa extrañeza que, si bien pudo serme familiar, ahora me hostiga como radicalmente separada y repugnante. Algo del otro que me repugna y me fascina al mismo tiempo, que está demasiado cerca pero que es inadmisible. Lacan acuñó el término “lo éxtimo” para referirse a eso que nos pertenece y nos es ajeno al mismo tiempo.
Entender estos conceptos nos ayuda a responsabilizarnos de nuestros odios y a no caer en la trampa de creer que podemos ponernos en el lugar del otro. Cada uno sufre de una manera única e incomunicable.
IV. Una Ética del Otro
Se trata de asumir una posición ética frente a la diferencia, de hacerle espacio y de reconocer en la singularidad del otro nuestra propia carencia. Sólo así podremos construir una comunidad de diferentes comprometidos por el valor común de la diferencia.
El psicoanálisis es un ejercicio constante de vérselas con la diferencia, de ensayar maneras de hacerle lugar. Analista y analizante aprenden a soportar no estar en lo mismo, a transitar la inestabilidad y la inquietud de una escena frágil.
V. Celebrar la Diferencia, Construir la Democracia
Como dice Emilio García Wehbi, “sólo seremos libres cuando nos reconozcamos semejantes en el espejo de la otredad, de la diferencia”. Sólo así podremos construir una verdadera democracia, lejos de la “falsa igualdad” y los “peligrosos principios del fascismo”.
Sin diferencia no hay movimiento, no hay Eros, no hay deseo ni vida. Aprender a abrazar la otredad es el camino hacia relaciones más ricas, una sociedad más inclusiva y una existencia más plena.