Una multitud se ha congregado en las calles de Buenos Aires, saltando y coreando con fervor. Aunque la ocasión no es una fiesta, la energía y determinación de los manifestantes son palpables. Han acudido en masa para expresar su rechazo a la condena de seis años impuesta a Cristina Fernández de Kirchner, la ex presidenta argentina.
Desde la puerta de la sede del Partido Justicialista, los gritos de “Cristina, Cristina, Cristina corazón” resuenan con fuerza, acompañados por banderas blancas y pancartas que rinden homenaje a los líderes peronistas del pasado. La escena evoca el patio de la Casa Rosada, donde Cristina solía dirigirse a sus seguidores, pero esta vez el escenario es diferente: es una tarde invernal y los jueces de la Corte Suprema acaban de anunciar la condena.
Una Condena Que Divide a la Nación
La reacción de la militancia peronista es una mezcla de indignación y determinación. Algunos, como el dirigente piquetero Luis D’Elía, reclaman que debería haber un millón de personas en Plaza de Mayo, mientras que otros, como la politóloga Delfina, expresan su convicción de que la condena generará una reorganización del arco político opositor, más allá del peronismo y de Cristina.
Para Santiago, sociólogo, la condena representa “un peligro a largo plazo” y “un ataque a la democracia como forma de organización política”. Mientras tanto, Paula, trabajadora del subte y estudiante de Trabajo Social, llora abrazada a su marido, lamentando que la esperanza que sintió con Cristina y Néstor Kirchner ahora esté “muerta”.
Cristina Habla a Sus Seguidores
Cuando Cristina Fernández de Kirchner finalmente se dirige a la multitud desde un improvisado escenario, su mensaje resuena con fuerza. Acompañada por su cuñada, Alicia Kirchner, y su hijo, Máximo Kirchner, la ex presidenta denuncia que “el partido judicial le agrega un cepo al voto popular” y que la Justicia “avanza contra los dirigentes políticos que gobiernan para el pueblo y logran la distribución del ingreso más equitativa”.
Entre los manifestantes, se encuentran personas como Francisco Taiana, hijo del ex ministro de Defensa, quien cree que la condena a Cristina representa una “corrupción innegable de las instituciones republicanas” y que ahora se trata de “la defensa de las instituciones y de una democracia que costó mucha sangre consolidar”.
La Lucha Continúa
A medida que la noche cae sobre el barrio de San Cristóbal, la multitud crece hasta ocupar toda la cuadra y más allá. Desde un pequeño y humilde balcón, Cristina observa a sus seguidores, que se niegan a aceptar la derrota. La esperanza, aunque herida, sigue viva en el corazón de estos fieles peronistas, quienes se han congregado para defender la democracia y el legado de los Kirchner.
La lucha por la justicia y la igualdad continúa, y esta noche, la nación argentina se encuentra dividida, pero unida en su determinación de no permitir que se socave la voluntad del pueblo.
