La notificación llegó a su teléfono poco después de las 5 de la tarde. Cristina Kirchner, recluida en su oficina junto a Máximo, Alicia, Zannini, Massa y otros dirigentes, leyó en silencio las 26 carillas del fallo de la Corte Suprema que la condenaba. Pero lejos de debilitarla, esta sentencia parece haber sellado aún más su liderazgo indiscutible dentro del peronismo.
La “pax” peronista
Tras conocer el fallo, Cristina salió a dirigirse a sus seguidores desde la puerta del partido. En los minutos previos, se había producido un silencio tenso en la sala de reuniones, con cada uno hundido en su celular a la espera de la oficialización. Pero una vez conocida la noticia, se activó una cadena de reacciones que evidenciaron la centralidad de Cristina dentro del peronismo.
Gobernadores como Osvaldo Jaldo de Tucumán, Ricardo Quintela de La Rioja y Sergio Ziliotto de La Pampa, que suelen tener posturas críticas con el kirchnerismo, expresaron su solidaridad con Cristina. Incluso Raúl Jalil, de Catamarca, que suele aportar votos a Milei en el Congreso, deslizó un gesto de apoyo. La condena parece haber operado como un factor de unidad dentro del peronismo, acercando a referentes que antes mantenían distancia.
¿Puede una condena favorecer a un dirigente político?
Algunos analistas sostienen que, paradójicamente, la condena de Cristina puede terminar fortaleciendo su liderazgo. Al igual que en momentos clave de la historia política como la baja de los cuadros de los represores o la pelea por la 125, esta sentencia podría funcionar como un “momentum” que renueve las adhesiones a Cristina, incluso más allá de los límites del peronismo.
De hecho, la vigilia de miles de personas en la zona de San Juan y Humberto 1° la noche del fallo fue un claro indicador del imán que sigue ejerciendo Cristina sobre una parte importante del electorado. Y si bien su condena la inhabilita para ser candidata, emerge con más fuerza como la jefa indiscutible del peronismo.
El dilema de la “pax” peronista
Pero la condena de Cristina también plantea un dilema para el peronismo. Por un lado, parece haber sellado cercanías con referentes que antes mantenían distancia, como Urtubey, De la Sota o Uñac. Pero por otro, ha potenciado la polarización Cristina-anti Cristina, dificultando la posibilidad de que el peronismo teja acuerdos con sectores no peronistas enfrentados con Milei.
Queda por ver si el peronismo podrá encontrar la forma de ordenar esta “pax” peronista y mantener la unidad, o si la tensión entre Cristina y Kicillof en la provincia de Buenos Aires terminará por resquebrajar esa frágil concordia.
En mi carácter de vicepresidente del Partido Justicialista Distrito Tucumán, quiero expresar mi solidaridad con la expresidenta @CFKArgentina, presidenta del PJ Nacional, en este momento difícil que le toca atravesar, en lo personal y en lo político.
Estamos convencidos de que…
— Osvaldo Jaldo (@OsvaldoJaldo) June 10, 2025