En marzo de 1949, el presidente argentino Juan Domingo Perón envió una carta manuscrita a Jaim Weizmann, primer presidente de Israel, expresando su deseo de fortalecer las relaciones entre ambos países. Esta fue la semilla de una alianza diplomática que se desarrollaría en los años siguientes, dejando un legado sorprendente que desafía los estereotipos sobre Perón y su vínculo con la comunidad judía e Israel.
A través de documentos inéditos, como cartas, fotografías y registros oficiales, reconstruimos este capítulo fascinante de la historia argentina. La relación entre Perón y la familia Weizmann se consolidó con gestos simbólicos de alto valor, como el envío de regalos cargados de significado y la condecoración de Weizmann con la máxima distinción del gobierno argentino.
Solidaridad en Tiempos de Pérdida
La historia de esta relación bilateral estuvo marcada por dos pérdidas significativas en un breve período. Tras el fallecimiento de Eva Perón en 1952, las autoridades israelíes expresaron su solidaridad con sentidas cartas de condolencia. Menos de cuatro meses después, la muerte de Jaim Weizmann generó una respuesta aún más sorprendente: Perón decretó duelo nacional y ordenó que los Granaderos, el cuerpo de élite que custodia al presidente, rindieran homenaje dentro de la principal sinagoga del país.
La Visita Histórica de Vera Weizmann
El vínculo entre Argentina e Israel alcanzaría su máxima expresión en mayo de 1954, cuando Vera Weizmann, viuda del primer presidente israelí, visitó nuestro país. Durante diez días, fue recibida con honores de Estado y participó en eventos multitudinarios que demostraron tanto el apoyo oficial como el entusiasmo popular. Perón la recibió en audiencia en dos ocasiones, subrayando la importancia que otorgaba a esta visita.
Las fotografías de este viaje son especialmente reveladoras: Vera Weizmann dirigiéndose a 20.000 personas en el Luna Park, pronunciando un discurso con retratos de Perón y del presidente israelí a sus espaldas, y conmemorando a Eva Perón en la Ciudad Infantil, uno de los proyectos emblemáticos de la Fundación Eva Perón.
Un Intercambio Simbólico Perdurable
La relación entre Argentina e Israel alcanzaría otro momento culminante en enero de 1955, cuando se concretó un intercambio simbólico entre ambas naciones. En Ezeiza, Buenos Aires, se estableció el Bosque Presidente Weizmann, mientras que en las montañas de Jerusalén se plantó el Bosque Presidente Perón. Este gesto recíproco tenía como objetivo dejar una huella viva de la amistad entre los dos países.
Estos hechos documentados desafían categóricamente las narrativas simplificadas que han dominado tanto el relato peronista como antiperonista. La correspondencia personal, los gestos públicos de reconocimiento y los espacios compartidos constituyen un testimonio que ninguna retórica partidaria logra invalidar. Acercarnos al pasado desde la evidencia concreta, más allá de nuestras simpatías ideológicas, representa un compromiso moral para cualquier sociedad que busque entenderse a sí misma.