La Plaza de Mayo en Buenos Aires se convirtió en el epicentro de una masiva movilización el 18 de junio de 2025, convocada en apoyo a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Más de medio millón de personas se congregaron para exigir justicia y denunciar lo que consideran una persecución política.
Más allá de la consigna principal, la marcha reveló una realidad mucho más compleja y multifacética. Desde la rabia y la fiesta hasta la promesa de un cambio, los asistentes expresaron una amplia gama de emociones y expectativas.
¿Rabia, Fiesta o Promesa?
Para algunos, como Bryan del Centro de Rehabilitación MTD General Rodríguez, la movilización era una “fiesta” para apoyar a la “jefa” y defender a “nuestros pibes”. Para Olga, una jubilada de Lanús, era una “mezcla” de sentimientos, una combinación de felicidad y ambivalencia.
Pero para Simón, de la columna Mostri, la marcha representaba una “promesa” de que “se ha despertado el peronismo”. Y para Delfina, una vecina de la Ciudad de Buenos Aires, fue una experiencia “histórica” que la dejó con los “ojos cargados de lágrimas”.
Una Convocatoria Transversal y Multitudinaria
Lo que garantizó la potencia de esta movilización fue su alcance federal, transversal, institucional, social, generacional y territorial. Participaron votantes kirchneristas, gobernadores peronistas, intendentes, movimientos sociales, e incluso algunos “arrepentidos” de Javier Milei.
Además, la adhesión de los sindicatos, tanto de la CGT como de las dos CTA, presionó a Milei para evitar una movilización que podría haber tenido el impacto de un paro general. Sin embargo, a último momento, la CGT retiró su apoyo institucional, dando libertad a los gremios para participar.
¿Qué Voces Emergerán de Esta Movilización?
El fallo de la Corte Suprema que otorgó prisión domiciliaria a Cristina Kirchner fue el detonante de esta convocatoria, que inicialmente buscaba reclamar justicia y transparencia en los procesos judiciales. Pero la marcha también se convirtió en un reclamo más amplio contra el modelo económico y la búsqueda de garantías democráticas.
Ahora surgen preguntas clave: ¿Será solo un coro de apoyo a Cristina o logrará articular otras demandas sin quedar eclipsadas por su figura? ¿Puede esta convocatoria generar un verdadero contagio político más allá de su núcleo duro? ¿Qué transformaciones deberían ocurrir para que esta energía callejera se convierta en un proyecto político sólido y propositivo?
Más Allá de la Nostalgia: ¿Qué Propuestas para el Futuro?
Si bien el kirchnerismo recuperó emociones y unidad, aún debe superar un discurso apegado a la nostalgia y los balances del pasado. ¿Cuáles son las ideas concretas para el futuro si es con Axel Kicillof o con líderes como Juan Grabois? La clave estará en cómo esta movilización logre articular nuevas propuestas y proyectos que vayan más allá de la figura de Cristina Kirchner.
En definitiva, esta masiva convocatoria ha sacudido el panorama político argentino, abriendo un nuevo capítulo en el que se ponen en juego no solo la suerte de Cristina, sino también la capacidad del peronismo de reinventarse y ofrecer una alternativa sólida y convincente para el país.